Hace unos días leí la noticia de la subvención de las Corts al bar de la institución. Dicha subvención supone un importante coste económico para los ciudadanos y creo que los diputados y afines cobran un sueldo digno y no necesitan de estas prebendas. También es competencia desleal para los establecimientos cercanos, ya que los precios suponen una rebaja de un 35 % aproximadamente respecto a los que pagamos los ciudadanos en los bares con precios asequibles. Además, no se debería vender alcohol de alta graduación en las Corts, para dar ejemplo y luchar contra la drogadicción. Pensaba que con el nuevo gobierno esta situación de privilegios acabaría, pero no es así. También echo en falta que algún diputado o diputada, muy aficionado a ponerse camisetas antitropelías, se hubiera mojado. Hay un dicho popular que dice «de molinero cambiarás€». Agustín López Ruiz. Valencia.