En España somos diferentes. Somos el único país europeo con la hora desajustada respecto a la luz solar. Y ese desajuste influye en nuestro cerebro. Parece que andamos adormilados, se habla de nuestra baja productividad en comparación con la de nuestros vecinos, incluso en el rendimiento de los estudiantes. En gran parte, dicen los expertos, se debe a ese desajuste. Entonces, ¿por qué nos mantenemos en un huso horario que no nos corresponde? La decisión fue tomada por motivos políticos durante el franquismo. Otros países que se unieron a este cambio, regresaron después al huso que les corresponde por situación.

¿Por qué mantenernos fieles a una decisión desfasada y que no nos beneficia en absoluto? Cada vez hay más voces a favor de regresar al meridiano que nos corresponde, es decir, al de Greenwich, pero ninguno de nuestros gobiernos toma la decisión, a pesar de campañas y recogidas de firmas. Tal vez no sea un asunto tan relevante frente a otros más urgentes, pero nuestra salud y bienestar emocional son factores que influyen en nuestro trabajo y en nuestras relaciones humanas. ¿Acaso esto no es importante? Susana Benet. Valencia.