El próximo año, Vicente Blasco Ibañez va a estar de moda. Mejor dicho, ya está siendo recordado y veo muy curioso que se omitan sus raíces y se olvide su lucha como gran amante de Valencia por una república federal, nada de cada uno por su parte como está pasando. Por eso me parece que se tiene que respetar siempre su educación en español. Casi siempre se olvidan de que sus padres eran oriundos de Aragón, de ahí su habla en español y su cariño por los serranos valencianos. Todavía a fecha de hoy en Bugarra, de donde tengo raíces, se le recuerda€ ¡y cómo!

Hoy se busca más propagar una utopía, como es una república, en una ciudad donde vinieron a parar casi todos los nacionales, pobres y ricos que aumentaron su fortuna. Una ciudad donde evitan y quieren imponer, a lo dictatorial, un valenciano que no deja de variar, a la par que un castellano que no existe. En todo el mundo, nuevo y viejo, se le conoce como español. El objeto de Blasco Ibáñez no era otro que mirar a los pobres, educarles, ayudarles, enseñarles, mostrando fervorosamente lo que después vino: una dictadura donde la cultura brilló por su ausencia durante 40 años.

El 27 de septiembre de 2014 expuse el estado en que estaba el busto de Blasco Ibáñez, en el recorrido de los cruceristas en camino al Mercat Central, que no a la Lonja. Rita no le hizo ni caso y ahora Ribó parece que tampoco. Y está así, sucio, lleno de grafitis€ El alcalde debería pensar en la enorme cantidad de gente de paso y ordenar una limpieza para el gran escritor que tanto hizo por España y Valencia. Blasco, en su tierra, fue siempre profeta. Francisco Tadeo Juan. Valencia.