Aunque pagar no supone un mérito sino una obligación, el tripartito valenciano, tan crítico con sus oponentes, no paga a las pequeñas empresas y las conduce por malos caminos, angostos y espinosos, hacia la quiebra sin remordimiento alguno. Conozco una empresa de diez empleadas, todas fijas, algunas con más de veinte años de antigüedad, auténticas fieras defendiendo su puesto de trabajo. La dueña tan solo piensa en sus mil euros de salario para subsistir, pero, tras más de treinta años están abocadas a una inmisericorde quebradura. Total, sólo son diez familias, pensará A la valenciana. José Pardo Ferrer. Chiva.