El actual modelo policial español, basado en cuatro policías territoriales (Cuerpo Nacional de Policía, Guardia Civil, policía autonómica en determinados sitios y policías locales) amén de abundantes policías especializadas (portuaria, CNI, Servicio de Vigilancia Aduanera...) exige una respuesta legislativa diferente de la planteada en la Ley Orgánica 2/86, caduca, obsoleta y del siglo pasado, que trae por resultado una ratio de policías/habitantes elevada, y cuanto menos duplicidad o triplicidad, y en consecuencia mala utilización de los escasos recursos públicos en muchos de los servicios prestados.

La unificación de las policías estatales en un solo cuerpo policial, fijándose en su caso unos delitos exclusivos de ámbito nacional o federal, la reconsideración de las funciones de las policías locales configurado actualmente en un politizado y fragmentado modelo, basado en la desconfianza estatal con los poderes locales, es urgente y no permite mayores demoras. Asimismo, debería estudiarse el papel que en ese nuevo modelo deben jugar las policías autonómicas si es que se considera que deben seguir existiendo, al menos en su modalidad de cuerpos adscritos.

El riesgo que corren la ciudadanía y los profesionales es la existencia de policías cuya propia existencia y necesidad puede cuestionarse en un plazo medio, y en un coste presupuestario no razonable. El ciudadano no entiende de tantos uniformes distintos, siglas, cuerpos y competencias cruzadas. Lo que busca el interés público es la prestación del mejor servicio al menor coste posible y esto tan sencillo no se logra actualmente. Francisco Nebot Vicente. Valencia.