Quiero concienciar a la juventud del siglo XXI de que el alcohol es muy peligroso. El alcohol tiene efectos instantáneos y secundarios. Cuando alguien excede sus límites bebiendo, su voluntad se duerme y no es capaces de pensar las cosas que hace, y más tarde llega el arrepentimiento. Efectos secundarios hay muchos, pero a destacar sobre todo que el alcohol perjudica a la inteligencia y rompe familias. La gente y muy especialmente las autoridades deberían reflexionar más sobre este asunto y desarrollar políticas formativas porque hay muchos niños que no tienen la oportunidad de saber qué es el amor de una familia unida debido al consumo excesivo de alcohol. Luis Bodes Aznar. Valencia