En el asunto de la fecundación in vitro, me pregunto si antes de poner en marcha una innovación técnica, tratan de estudiar sus consecuencias. El último avance estriba en que una mujer de 64 años ha sido madre por fecundación in vitro. Ahora, dejémonos de valoraciones morales y vayamos a las prácticas que todos vemos. Tengo unos niños, dos de seis y uno de trece. ¿Me cuesta? ¡Bastante!: correr tras los piratas por el pasillo es muy divertido un día, pero para serlo todos, es a mis 46 años, cansino. La mujer u hombre de 75-80 años, que será la edad de la mujer cuando la perlita de su descencia tenga sus bellos pero altamente desbocados 13 años, lo tendrá complicado, difícil y en ocasiones, imposible. ¿Y el niño? La población es más longeva, pero aun así la relación con sus padres, con seguridad, no durará ni la mitad de la media nacional y, además, ya veremos su calidad. La ciencia y la técnica hay que tratarlas con cuidado desde si atacan nuestra esencia o desarrollo normal y equilibrado. Alberto Barata Aznar. València.