València, esa ciudad llena de vida, con lugares escondidos aún por descubrir incluso para los que han vivido allí toda su vida, una ciudad con parques y jardines casi en cada manzana, está siendo destruida por esta nueva coalición liderada por Joan Ribó con estas nuevas imposiciones y leyes. La gente no se merece que estas personas sigan dirigiéndonos y hacer lo que a ellos les plazca. Una de estas consecuencias del nuevo mandato es la construcción del mediático carril bici que tantos problemas a dado para el tráfico. Mi sugerencia sería que el dinero público sea empleado en acciones un poco más provechosas para los habitantes o en intentar pagar las deudas que nos persiguen desde tiempos inmemoriales.