Hace unos días me personé en el Registro del Ayuntamiento de València a entregar un escrito solicitando mi presencia en el pleno municipal. Me encontré repentinamente indispuesto y la funcionaria de la mesa 12, que fue la que me atendió, se dio cuenta de mi indisposición y, ni corta ni perezosa, se levantó a por un café para mí, que por cierto me reanimó un poco. Con estas líneas quiero agradecer a esta funcionaria la atención que tuvo hacia mi persona, lo amable y profesional que es. Da gusto encontrar personas así en un centro oficial.