Salvo en el mensaje del 3 de octubre en el que el Rey Felipe VI denunció la «deslealtad inadmisible hacia los poderes del Estado» de la Generalitat, lo normal es que su majestad no se salga ni un milímetro de los límites que le marca la Constitución. El mensaje de este año ha vuelto a ser como siempre, es decir, los españoles que lo vieron tienen que esperar a leer en la prensa lo que quería decir en cada frase que pronunciaba y que significado tenia cada uno de los elementos que existían en el despacho donde se hizo la grabación. También, como es habitual, los nacionalistas vascos y catalanes, a quienes ahora se ha unido Podemos, diga lo que diga el Rey, dirán que no les ha gustado y que le ha faltado algo. Que razón tenia el entrenador de futbol Carlos Bilardo cuando dijo aquello de «al enemigo ni agua». Pedro Morante. Elche.