Desde hace 30 años vivo en la calle Alcácer, frontera entre València y Mislata, donde hay tres grandes solares en los que aparcan sin control los vecinos y los funcionarios que trabajan en las torres de la antigua cárcel. Propongo terminar de urbanizar el barrio; con poco dinero se podrían hacer unos jardines o un gran aparcamiento subterráneo, pero claro estamos en la frontera, somos pocos vecinos y pocos votos. Me moriré y el barrio seguirá igual de feo. Sin embargo, sí que hay dinero para otras cosas donde hay más votos. Julio Muñoz Lis. València.