El sector vitivinícola de las comarcas de Castelló tiene posibilidades de producir vinos de calidad «con identidad propia». Así lo cree el catedrático de la Universidad Politécnica de Valencia, Domingo Salazar, que animó ayer a los vinateros locales a «recuperar las variedades autóctonas que están bastante abandonadas y se pueden perder si no empieza un trabajo de recuperación», durante el acto de apertura del Encuentro Internacional del Vino de Benlloch, que tuvo lugar ayer en el auditorio de la localidad de la Plana Alta, ante un buen puñado de profesionales del sector y que se alargará hasta domingo.

Salazar considera que las zonas de costa y de las comarcas de la Plana y Maestrat «tienen una variedad de uvas que favorecen la producción de vinos jóvenes blancos y rosados, espumosos y moscatel de alta calidad y que no se tienen mucho en cuenta», aunque también explica que «no se tienen que dejar de lado los vinos tintos envejecidos en barrica». El profesor incidió en valorar variedades como la llamada Santa Magdalena, también conocida como Blanquet, o la Bonicaire, que se utilizaba para elaborar, junto a la Garnatxa, el famoso vino Carlón, y que actualmente es una variedad interesante para producir cava o espumoso.

La segunda parte del acto de apertura lo protagonizó la bióloga italiana Eva Merloni, que abordó la influencia del cambio climático en el sector vitivinícola. Un dato a tener en cuenta, según la experta italiana, es que «el escenario más pesimista prevé una reducción del 85 % de la producción de vino en la zona del Mediterráneo en 2050 por el incremento de las temperaturas y la reducción de la disponibilidad de agua debido al cambio climático». El Encuentro Internacional reunirá durante todo el fin de semana a expertos y profesionales del vino con el objetivo de convertirse en un foro de debate y aprendizaje.