Cáritas Diocesana Segorbe-Castellón presentó ayer, dentro de la Semana de la Caridad, su Memoria anual 2015 haciendo referencia a la precariedad laboral y la vertiente hereditaria de la pobreza. Así lo hizo ver en rueda de prensa el director de la entidad, Juan Manuel Aragonés quien estuvo acompañado por el Obispo de la Diócesis, Casimiro López, el delegado episcopal de Cáritas, Juan Manuel Enrich y la hermana Regina de Peral responsable del proyecto «Sí a la Vida. Casa de Misericordia» de acogida a adolescentes embarazadas.

Aragonés señaló que durante el pasado ejercicio disminuyó el número de atendidos -de 24.000 en 2014 a 22.041 en 2015-pero que han aumentado el número de intervenciones -134.365-. Según detalló, esto es debido a la «cronificación» de la pobreza, ya que «permanecen más tiempo en situación de pobreza y les cuesta más salir», por lo que «necesitan una atención más detallada, más directa y en mayor número de participaciones o intervenciones».

Ante esto, cabe resaltar lo referido por Aragonés en relación con la «precarización del mercado laboral» y la existencia de «trabajadores pobres». Estos serían entendidos como aquellas personas que teniendo un trabajo, acuden a Cáritas porque sus salarios «son insuficientes para cubrir las necesidades básicas». Así, Aragonés manifestó que Cáritas apuesta por el «trabajo decente» en el que los trabajadores tengan un salario y unas condiciones «dignas».

Asimismo, Aragonés indicó que la asociación ha constatado que la «pobreza se hereda» y que los «hijos de familias pobres tienen muchas posibilidades de ser también pobres en el futuro». Frente a esto, el director de Cáritas destacó la puesta en marcha de tres viviendas familiares, la intervención de las acogidas parroquiales y las ayudas del Fondo Diocesano contra la Pobreza, «que además de acompañar a las familias, han ayudado a paliar los impagos en suministros básicos, alquileres, materiales educativos, entre otras cosas».

Memoria 2015

Según los datos extraídos en el documento que anualmente elabora Cáritas, en la provincia de Castelló durante el ejercicio 2015 hubieron 1.052 voluntarios, 1.112 socios, 333 donantes públicos o privados y 121 trabajadores. Respecto a los datos económicos, el pasado año la entidad contó con unos ingresos de 4.557.791,73 euros de los cuales, más del 50% -2.760.017,74 euros- fueron destinados a la atención social. Aragonés también resaltó el trabajo de Cáritas en cooperación internacional y destacó la «gran respuesta» de la población a la petición de ayudas «pues hay ofrecimiento de viviendas y equipamiento de la mismas y de voluntarios para poder acoger a los refugiados». Además, el informe señala que en cuanto al número de atendidos, más del 60% fueron mujeres «debido a su mayor vulnerabilidad y la creciente feminización de la pobreza» según indicó Aragonés.