El municipio castellonense de Segorbe se está experimentando con notable éxito un novedoso juego educativo de mesa, el Ocachess, en el que el ajedrez se fusiona con el popular y sencillo juego de la oca, para promover su enseñanza entre los más pequeños.

Se trata de una innovadora herramienta educativa creada, pensada y diseñada por el ajedrecista, psicólogo y director de la Escuela de Ajedrez «Francesch Vicent» del Club Alto Palancia de Segorbe, Miguel Ángel Malo Quirós con el objetivo de buscar recursos educativos eficaces para enseñar ajedrez a los más pequeños. «Ocachess transporta los beneficios educacionales y psicológicos del ajedrez a un nuevo escenario, un nuevo juego, con la diversión nutriendo al aprendizaje», ha explicado su creador.

Según Malo, «el niño obtiene mediante el juego una serie de beneficios psicológicos indiscutibles: estimula el razonamiento, incrementa la creatividad y la memoria, crea un marco propicio para ejercitar la concentración y para la toma de decisiones». El inventor de esta idea quiere desmitificar las dificultades que hay para el aprendizaje del ajedrez y ha asegurado: «Nada más lejos de la realidad».

«El ajedrez es un juego con un especial atractivo para los niños, un pequeño reino bicolor a semejanza de la vida misma. Sin embargo, la tarea de transmitir a un niño la esencia, belleza y fantasía del ajedrez no es tarea fácil», ha subrayado.

Por su experiencia de muchos años en la docencia ajedrecística, ha considerado «esencial que el niño disfrute, se divierta, desarrolle sus habilidades, aprendiendo las reglas del ajedrez, y percibiendo sus progresos en el juego de mesa más popular. Aprender jugando, es decir, progresar sin apenas darse cuenta».

El novedoso juego está concebido especialmente para niños de más de 5 años, que se estén iniciando en el juego del ajedrez y es «ideal» para jugar en familia, pues pueden participar de 2 a 4 jugadores. También nace como una herramienta para su uso en colegios como actividad lúdica que permite aprender el juego del ajedrez y sus reglas de una forma divertida, a través de sus dos niveles de juego: básico y avanzado, con 160 preguntas y 160 retos matemáticos.

Así, junto a la asimilación de conceptos fundamentales de ajedrez, el niño consolida y aprende, casi de forma imperceptible, conocimientos de otras disciplinas como la lógica o las matemáticas.

Según Malo «el ajedrez, el más célebre y excelso de los juegos, es un magnífico instrumento para que los niños desarrollen la sociabilidad, sus habilidades, el control de sus emociones». «El ajedrez nos da las mismas lecciones que nos da la vida, eso es cierto, pero son mucho más provechosas, ya que son reparables; el error lo enmendamos en partidas posteriores», ha añadido.

Según ha incidido, «en el ajedrez reina una peculiar justicia: la dedicación, el sano aprendizaje, la comprensión del juego y de sus leyes, termina por dar sus frutos, en forma de victorias, pero sobre todo de momentos de deleite».

De momento, el Ocachess ya ha sido probado con éxito en el aula de ajedrez de Segorbe, pionera en la creación y uso de recursos creativos en la enseñanza del ajedrez.