La Vilavella sigue inmersa en Festa La Vila y ayer se pudo respirar el mejor ambiente de celebración en uno de los enclaves más populares por lo que respecta a las fiestas en este municipio, el recinto taurino, donde se inauguró el XIV Concurso de Ganaderías con la participación de El Gallo de Moncofa, después de que por la mañana se realizara un encierro y prueba de vacas de la ganadería de Tano (Artana).

Si bien la parte más lúdica del programa se concentra en los casales y en la zona deportiva, donde ayer se celebró una fiesta rociera, el ayuntamiento ha querido dar un toque cultural y tradicional relevante, como muchos vecinos pudieron escuchar en su día grande, dado que el mensaje llegó en forma de sonido, el de las campanas, que volvieron a recuperar «una parte del patrimonio inmaterial local», tal y como explicó uno de los integrantes del Noble Gremi de Campaners, Juanma Gavara.

Coincidiendo con la segunda jornada de puertas abiertas del campanario de la iglesia, los integrantes del Noble Gremi vivieron un momento especial gracias a Dolores Vicent, hija de Vicent Tandero, quien fuera el último campanero de la localidad. Esta vecina recordaba que su padre realizaba «un toque para las fiestas más especiales que se llamaba vol vallero, pero no quedaba ninguna constancia, se había perdido». Junto con Dolores, los campaneros del gremi decidieron probar siguiendo sus indicaciones y en uno de los toques «lo identificó, porque a veces el sonido evoca recuerdos que se creían olvidados» y esta vecina revivió los días en que acompañaba a su padre en lo que, para algunos, era un oficio.

El Vol Vallero no es más que un toque con las cuatro campanas sonando a la vez «a una altísima velocidad y durante más tiempo del normal». Dado los requerimientos de esfuerzo y habilidad, este vuelo de campanas «solo se realizaba en ocasiones muy concretas y la gente sabía que se trataba de una fiesta especial». De este modo, gracias a Dolores, al empeño del Noble Gremi y al legado de unas tradiciones que algunas personas, como estos campaneros, se resisten a dejar en el olvido, en La Vilavella, casi medio siglo después, volvió a sonar un toque de campanas que suena a identidad local, porque solo se realizaba en este municipio.

Por acontecimientos como estos, en todos los actos que incluye el programa de Festa la Vila se pueden encontrar momentos importantes, que en esta ocasión pudieron compartir cientos de vecinos, dado que la visita al campanario superó las mejores previsiones.