Fue el primer debate sobre el estado de la ciudad del nuevo gobierno y el último de Enric Nomdedéu como miembro de la corporación. Una conjunción de factores que dio intensidad a una sesión que evidenció que el bipartito y el PP son como el agua y el aceite, mientras que Ciudadanos y Castelló en Moviment gravitan en posiciones intermedias. La alcaldesa de la ciudad, Amparo Marco, puso en valor las acciones impulsadas en estos 15 meses de gobierno, destacando su acento social, aunque reconoció errores en la gestión de las fiestas e incumplimientos del acuerdo programático que le dio la vara de mando.

Marco arrancó su intervención resaltando la cohesión de su ejecutivo, con el apoyo externo de Castelló en Moviment (CSeM), y detalló la paupérrima herencia que recibió después de 24 años de gobiernos populares. Según dijo, se ha logrado el objetivo de dar un golpe de timón al ayuntamiento, situando en primer plano las políticas sociales y de empleo y avanzando en materia de transparencia y ejemplaridad. También reseñó su gestión económica y el saneamiento de las arcas municipales.

El borrón de las fiestas

Tras una larga exposición de las medidas que se han puesto en marcha en las diferentes áreas, la alcaldesa reconoció errores e incumplimientos. Entre los primeros, destacó la gestión de las fiestas (como el resto de grupos le recriminaron), que atribuyó a que el patronato se diseñó en el anterior mandato con los criterios del PP. Entre los incumplimientos, citó puntos relevantes del Pacte del Grau, como la elaboración de una auditoría y la revisión de las ordenanzas fiscales. Admitió que no han logrado el objetivo de que los bancos cedan viviendas.

En su segunda intervención, la alcaldesa expuso los retos inmediatos. Además de a enmendar los errores, se comprometió a poner en marcha una bolsa de vivienda social en régimen de alquiler, la revisión de los valores catastrales, la activación del nuevo Plan General de Ordenación Urbana y el impulso al Plan Estratégico de Empleo. También anunció un congreso de fiestas.

La portavoz del PP, Begoña Carrasco, tiró por tierra la labor del ejecutivo municipal en un duro discurso. Manifestó que estos 15 meses han estado marcados por la «inacción y la ausencia de un gobierno serio». «La ciudad está sucia, no avanza y aquí no hay gobierno», sentenció. Y afirmó que el ejecutivo es rehén de su socio externo Castelló en Moviment. «Aquí mandan los círculos de Podemos. Treinta personas deciden los designios de una ciudad de 180.000 habitantes», espetó.

Por su parte, el portavoz de CSeM, Xavi del Señor, valoró el cambio de rumbo en el ayuntamiento, aunque advirtió de que no se ha logrado «casi nada del Pacte del Grau», por lo que instó a avanzar en materia de políticas sociales.

El portavoz de Ciudadanos, Vicente Vidal, manifestó que su grupo mantendrá una posición constructiva, pero «vigilante y firme» frente a la acción de gobierno, al que pidió que deje de «mirarse el ombligo».