Los agricultores de Borriana pudieron acudir a una charla para dar a conocer el contrato único de compra y venta de los cítricos y la asistencia de agricultores propietarios no superó la docena.

La ley que expuso el letrado, dando a conocer los derechos que tienen los propietarios de los huertos, está en vigor desde el año 2013 y el letrado dio nota de las sentencias favorables las cuales dieron la razón a los que vendieron las naranjas con el contrato legalmente suscrito.

Todos conocemos el momento actual de la comercialización de las naranjas (en referencia a los propietarios de los huertos y los comerciantes) y el tema no es tan actual, más bien se instaló en la zona hace años y no se le encuentra salida que no sea abandono o la venta de huertos a precio poco satisfactorio. Los pocos agricultores que asistieron a la charla expresaron incredulidad sobre todo cuando escuchaban al letrado insistir en la utilización de los contratos, legalidad que el agricultor debería cumplir y hacer cumplir al comerciante. Una de las frases que hizo cambiar la expresión de los asistentes (carcajada incluida) fue cuando el letrado manifestó que el comerciante debe hacer efectivo el pago de la naranja antes de 30 días porque a partir de esta fecha el pago conllevara los intereses correspondientes. De la poca gente que asistió a la charla uno de los agricultores asistentes cobrará el próximo lunes la naranja que vendió el pasado año.

Quedó demostrado que son muchos los agricultores que venden los cítricos con los contratos firmados, pero estos en su mayoría no se cumplen. Se dio constancia de la ilegalidad de la venta a resultas, (dar la naranja a comercializar y esperar el resultado que el comercio considera para liquidar) así como la merma que se contabiliza, sacando el tanto por ciento en ocasiones cuando la naranja está ya en el almacén. De la primera pasada recogiendo lo maduro o tamaño y no cumplir con terminar de recoger el huerto.

La charla fue interesante pero al agricultor le falta seguridad y apoyo legal para que gestione la venta con libertad y sin miedo acerca de sus exigencias legales porque esto posiblemente sea lo que realmente impide que el agricultor aproveche lo que la legalidad le ofrece para defender su trabajo de un campo como es el valenciano en la que las distintas administraciones nunca ha defendido al agricultor.