En la carrera de un futbolista, un puñado de momentos ejercen de puntos de inflexión. Para Pablo Fornals, uno es sin duda su fichaje por el Villarreal. Otro fue su debut internacional, ventaba abierta a un escaparate top que afianzó la pasada temporada, en partidos memorables como el del doblete en Mestalla con el Málaga.

Pablo Fornals fue aquella noche el único valenciano de los veintidós titulares en Mestalla. El centrocampista del Málaga se presentó al gran público con una actuación de impacto. Fue alfa y omega de una velada que no olvidará: abrió el marcador muy pronto, con una espectacular volea de izquierda, y lo abrochó en el último minuto del descuento, con un remate a quemarropa con la diestra. Fornals mostró en Mestalla las virtudes que le hicieron debutar con la selección con apenas 20 años, las mismas que provocan que el Villarreal afloje el montante de su cláusula de rescisión. Todocampista: abarca infinidad de metros, tiene buen ojo y buen pie, e influye en las dos áreas.

Pablo Fornals Malla (Castelló, 22-2-1996) comenzó a darle a la pelota en el modesto Benicense. De ahí, aún muy crío, pasó al Villarreal, donde permaneció hasta edad alevín. Según recuerda Manolo Flor, una institución con más de dos décadas de experiencia en la cantera del Castellón, al jugador y a su entorno no le sentó nada bien que fuera descartado para el popular torneo de Brunete, en detrimento de futbolistas a prueba. Sea como fuere, Fornals se marchó del Villarreal rumbo al viejo Bovalar de la capital de la Plana. Destacó pronto en los entrenamientos: la sorpresa fue mayúscula cuando su técnico se enteró de que tenía un año menos que el resto.

Flor, por cuyas manos han pasado varios de los futbolistas castellonenses que en los últimos años han llegado a Primera, recuerda ver crecer a un «niño muy educado, un buen chico, que era muy competitivo y tenía gran ascendencia sobre sus compañeros por su liderazgo».

En el Castellón, Fornals fue mejorando como futbolista a la vez que germinaba en él un reseñable sentimiento orellut. Su abuelo fue portero en Castalia. Mantuvo luego los lazos con sus compañeros de generación, donde destacaban valores como Sergi Canós o Liberto Beltrán, entre otros. Fue un habitual en la grada de Castalia durante las fallidas promociones de ascenso a Segunda División B, incluso en el partido que enfrentó al Castellón con su Atlético Malagueño. El Fornals adolescente compartió en ocasiones tuits despectivos contra el Villarreal que han aflorado en los últimos días en las redes sociales.

En su momento, Fornals se marchó al Málaga por la astucia de Manel Casanova, director de la Academia del club andaluz, que se lo birló al Espanyol a última hora. La progresión de Fornals se unió a las limitaciones del Castellón, que ese mismo verano, el de 2012, bordeó incluso la desaparición. Fornals asomó por la selección valenciana y su valía no era desconocida para Villarreal y Valencia, que en diferentes ocasiones también se interesaron por él, en una pugna recurrente.

En Málaga fue quemando etapas, de los juveniles saltó al filial de la dura Tercera andaluza, y del filial, Javi Gracia mediante, al primer equipo. Debutó en el Bernabéu con 19 años y en la pasada campaña subió un nuevo peldaño en su firme escalada hacia la elite. Ahora sí: el Villarreal se adelantó al interés de clubes de la aristocracia europea, y Fornals, el buen chico, vuelve a vestir de amarillo.