Tres meses después de medirse a la Peña Sport en una dolorosa promoción de ascenso, el Castellón regresa a la competición en Castalia con un paisaje opuesto. Si en junio la afición se sublevaba contra el presidente David Cruz en una histórica y pacífica invasión del estadio, en septiembre se ha volcado para impulsar el proyecto de la nueva temporada, ese que lideran los futbolistas Ángel Dealbert y Pablo Hernández con Vicente Montesinos y Jordi Bruixola en el palco. Con más de nueve mil abonados y la ilusión por las nubes, los albinegros se citan hoy en Castalia para refrendar también sobre el campo que los tiempos han cambiado. Tras la victoria en el estreno en Elche, el equipo de Frank Castelló recibe esta tarde al renovado y ambicioso Buñol, refugio de los exalbinegros Fabiani y Jesús López, uno de esos equipos engañosos que elevan este año el nivel de la competición, para recordar al Castellón que el ascenso no es tarea sencilla en ningún caso.

Empezó bien la liga el Castellón contra el Ilicitano, solvente y práctico. Maneja los mimbres suficientes para adaptarse a cualquier tipo de partido. En Castalia espera dominar balón y territorio. La amplitud de plantilla y la declaración del técnico en la previa inducen a pensar qué habrá cambios en el once (jugadores, esquema o ambas cosas), pero la intención no variará en lo colectivo. Mandar, convencer, seducir y, sobre todo, ganar.

Frank tiene las bajas del lateral Abraham (lesionado) y el mediapunta William (sin tránsfer todavía). Ayer entrenó el resto sin problemas, aunque durante la semana anduvo el central Arturo entre algodones, igual que el centrocampista Marenyà y el lateral Ferreres, lastrados por una faringitis. Frank esconde sus cartas citando a toda la plantilla. Como fuere, se espera una tarde guapa de fútbol en Castalia, de vuelta al cole, de comunión colectiva. El albinegrismo comienza su séptima temporada consecutiva en 3.ª deseando que sea la última.