El sindicato CSIF califica de «propaganda» el plan de prevención de agresiones en el entorno sanitario que ha anunciado el Consell y que, «aparte de no estar en marcha, carece de dotación y recursos, con lo que no servirá de nada», augura Vicente Navarro, portavoz sindical. El sindicato pide el fin de las «medidas fantasma» con motivo del Día Nacional contra las Agresiones a Sanitarios que se celebra hoy.

Además, en relación a las denuncias, Navarro apunta que «no son todos los que están, ni están todos los que son ya que existe una grave infradeclaración». «El personal sanitario no denuncia, a veces por miedo, a veces porque hay cierta desinformación y por último, porque se sienten parte de una plantilla cuyos responsables políticos forman parte de la nómina de culpables de que los ambulatorios estén colapsados, las urgencias registren largas colas o de que las listas de espera se eternicen por falta de personal asignado».

En cuanto al análisis de Csif en la provincia de Castelló, destacan hitos como la tasa de agresiones por cada 100.000 usuarios (SIP) que refleja que en departamentos como el de Vinaròs, las agresiones se han multiplicado exponencialmente desde 2015, «lo que viene a refrendar la denuncia del sindicato de que las agresiones en muchas ocasiones están en gran medida relacionadas con las carencias sanitarias, falta de recursos o pasividad de la administración para dar solución a listas de espera y cobertura de bajas en plantillas». «Resulta absolutamente imprescindible analizar el motivo de las agresiones, dejando claro que no hay motivo que justifique ni una agresión ni siquiera una simple falta de respeto al profesional de la sanidad, ya sea médico o celador», añade.

Según el sindicato, un buena parte de las agresiones se producen por el carácter violento del usuario, pero un número nada desdeñable de ellas son por razones directamente derivadas de la «ineficacia en la gestión» y «solucionar esto sí que está en manos del Consell».