De un tiempo a esta parte el Villarreal CF y el Valencia CF se han intercambiado los papeles. El conjunto amarillo, sin hacer demasiado ruido, ha ido ganándole terreno al cuadro valencianista. No por número de títulos, pero sí en cuanto a la posición final conseguida en la Liga se refiere. Y es que desde que regresara a la máxima categoría del fútbol nacional tras el tropiezo de la campaña 2011-12, el submarino se ha mostrado mucho más regular que su rival de mañana en el Estadio de la Cerámica (20.45 horas).

En estos últimos cuatro años, el club de la Plana Baixa no solo ha regresado a Primera División sino que también ha logrado algo tan complicado como es finalizar cada uno de esos años entre los seis primeros de la tabla clasificatoria. Es decir, ha estado las últimas cuatro campañas clasificándose para la disputa de competición europea tras ser quinto en la 2016-17, cuarto en la 2015-16 y sexto tanto en la 2013-14 como en la 2012-13.

No puede decir lo mismo el equipo que esta campaña dirige el ex entrenador amarillo, Marcelino García Toral. Más bien todo lo contrario, puesto que en más de una ocasión ha jugado con fuego y ha acabado sufriendo más de lo previsto. Quizás el ejemplo más claro sea el de la pasada temporada, cuando los valencianistas coquetearon en exceso con los puestos de descenso aunque finalmente reaccionaron en el tramo final y acabaron la competición liguera en la duodécima posición, la misma en la que habían acabado el anterior ejercicio deportivo.

De estas últimas temporadas, la mejor para el Valencia fue la 2014-15. Aquella campaña el equipo logró acabar en cuarta posición y disputar de nuevo competición europea. Un año antes no habían pasado de la octava plaza, unos registros muy pobres para un club como el Valencia, que aspira siempre a estar entre los cuatro o cinco primeros.

Ahora ambos clubes tienen en su mano la posibilidad de volver a estar en Europa la próxima campaña. Se la jugarán en el Estadio de la Cerámica, pero el que no lo consiga tendrá una nueva opción a la siguiente semana. Los de Marcelino son cuartos con 67 puntos y quizás cuando salten al terreno de juego del feudo villarrealense ya sean equipo de Liga de Campeones (el Athletic juega antes contra el Betis), si bien al Villarreal sí le tocará hacer los deberes para evitar que el Getafe, que es su inmediato perseguidor (séptimo con 49 puntos) no se le acerque más (los villarrealenses tienen 54 puntos en su casillero y un partido menos que jugarán contra el Barcelona el próximo miércoles en el Camp Nou).