La vacuna contra la gripe estacional en 2009 no protegía contra la gripe H1N1, y por supuesto una vacunación no reemplazaba a la otra. Por ello, el CDC (Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, EE.UU) recomendó administrar ambas vacunas conjuntamente; y así será en 2010, gripe estacional, H1N1 y dos cepas más.

La vacunación es recomendable «a casi todo el mundo», pero en especial, y por ser más vulnerables a complicaciones debidas a la infección vírica, a: (1) mujeres embarazadas; (2) personas que conviven o cuidan a menores de 6 meses de edad, ya que éstos no pueden ser vacunados; (3) personal de los servicios de emergencia y atención médica, por estar más expuestos a la gripe y convertirse durante la epidemia en una fuente de contagio para otros pacientes; (4) niños y jóvenes con edades comprendidas entres los 6 meses y 24 años de edad; y (5) aquellos individuos, de 25 a 64 años de edad, con enfermedades crónicas o con un sistema inmunitario debilitado.

No hay duda que para la gripe estacional la mejor manera de prevenirla es mediante la vacunación anual. No olvide que, según los años, contraen este tipo de gripe entre el 5 y el 20 % de la población. Sólo en los EE.UU, y a modo de ejemplo, se hospitalizaron en 2009, por complicaciones debidas a esta gripe, más de 200.000 personas y de éstos 36.000 murieron (18%). Son también vulnerables a la gripe «clásica» los ancianos y aquellas personas enfermas de asma, diabetes y patologías cardiacas, y por ello tendrían que vacunarse. Los síntomas son fiebre, tos, dolor de garganta, y muscular, dolor de cabeza, escalofríos y cansancio; las mismas circunstancias clínicas se expresan también con la infección H1N1.

Pero esta batalla contra los virus de la gripe, invisibles para nuestros ojos, podemos prevenirla, que es otra forma de combate, mediante una serie de sencillos consejos: (a) cúbrase nariz y boca con un pañuelo al toser o estornudar, y después tire el pañuelo a la basura; (b) a continuación lávese las manos con agua y jabón, o con algún alcohol en gel; (c) evite tocarse, especialmente en la época de la gripe, los ojos, la nariz o la boca, y así evitará la diseminación por su cuerpo de virus y otros gérmenes; (d) limite el contacto con gente enferma si no es estrictamente necesario; y (e) si está enfermo de gripe, quédese en su casa, no vaya a trabajar.

Otros beneficios de la vacunación contra la gripe acaban de publicarse, como el estudio aparecido en Archives of Pediatrics and Adolescent Medicine, donde científicos de la Johns Hopkins University, demuestran que los recién nacidos cuyas madres fueron vacunadas contra la gripe durante la gestación, eran un 41% menos propensos a contraer el virus influenza; además, presentaron un 39% menos de ingresos hospitalarios por enfermedad respiratoria en los primeros seis meses de vida. Estos pequeños también presentaban en su sangre mayores niveles de anticuerpos, que los nacidos de madres no vacunadas contra la influenza, tanto al nacer, como a la edad de 3 meses.

Por su parte la Academia Americana de Pediatría recomienda para esta temporada, en Pediatrics, que todos los niños a partir de seis meses y hasta la adolescencia deben de recibir la vacuna antigripal trivalente anual, y especialmente los niños con asma, diabetes y trastornos neurológicos, y por supuesto, las mujeres embarazadas. En 2009 se recomendaron dos vacunas contra la gripe y en 2010-2011 se desarrolla en los laboratorios una vacuna trivalente, donde la cepa de la influenza A (H1N1), pandémica en 2009, reemplaza a la cepa del año anterior; además, se incluyen otras dos cepas del virus de la gripe en esta nueva vacuna. Entre otras recomendaciones, la Academia de Pediatría de los EE.UU., indica que los niños menores de 6 meses no se vacunen (inmaduros), que los niños mayores 9 años sólo necesitan una dosis, que los menores de 9 años y mayores de 6 meses necesitan un mínimo de dos dosis de la vacuna contra el virus H1N1 de 2009, y también recomienda que la segunda dosis se administre al menos 4 semanas después de la primera.

Además, investigadores del Centro Médico de la Erasmus University (Rotterdam) han indicado en New England Journal of Medicine, que los pacientes con sistemas inmunitarios deprimidos pueden desarrollar con rapidez una infección de gripe H1N1, que es resistente a todos los fármacos conocidos; en el estudio se indica que el virus de gripe H1N1 puede mutar en estos pacientes con suma rapidez.

Visto lo no visto (los virus), la mejor opción contra «las gripes» es la vacunación. Que así sea.

¿Qué causo la pandemia de H1N1?

Diferentes estrategias moleculares utilizó este virus de la gripe para arrebatar el control a las células que infecta. Investigadores de la Universidad de Wisconsin-Madison (EE.UU) aseguran que este virus es una combinación de 4 virus de la gripe aviar y porcina, que han surgido en los últimos 90 años, y que incluye residuos genéticos del virus pandémico de 1918 que mató a más de 20 millones de personas. El estudio que aparece en PLoS Pathogen explica que para la infección, el virus de la gripe típica o estacional exige la presencia de dos aminoácidos, lisina y asparagina, en lugares concretos de una proteína aviar clave para infectar a un animal y replicarse en el interior celular. Sin embargo, en el virus H1N1 la lisina esta en otro lugar, y este mínimo cambio le confiere al virus la capacidad de adaptarse y asociarse a las células.