"Alfafar era la mejor opción porque de no haber sido paralizada por el gobierno de Camps, Ikea sería hoy una realidad para todos los valencianos y valencianas". Con estas contundentes declaraciones se despachó ayer el alcalde de Alfafar, el socialista Emilio Muñoz, después del episodio de desencuentro y reencuentro vivido esta semana entre el Ayuntamiento de Paterna e Ikea, y desde su experiencia de haber mantenido negociaciones, durante cinco años, con la multinacional sueca del mueble y con los propietarios del proyecto Alfafar Parc donde, en un principio, se iba a implantar tras descartarse la primera opción de Mislata.

Muñoz siempre ha sido cauto en este asunto y pocas veces ha terciado en esta polémica. Sin embargo, ayer quiso descargar toda la responsabilidad del retraso de la llegada de Ikea a Valencia en el Consell que preside Francisco Camps. "Ikea tenía una apuesta firme por Alfafar que las autoridades autonómicas del PP se encargaron de paralizar tras cinco años de negociaciones, acuerdos y de trabajo para conseguir un proyecto magnífico que nunca consiguió el visto bueno del gobierno de Camps", afirma con contundencia Muñoz. Esta misma semana empresarios de l'Horta Sud también denunciaron que el Consell vetaba cualquier alternativa que no fuera Paterna.

El alcalde acusó directamente a la Generalitat Valenciana de "vetar" el proyecto con un "abuso de poder" que "ha perjudicado los intereses de todos los vecinos y vecinas de Alfafar, que desde mi punto de vista, se lo merecían más que los de cualquier otro municipio" porque "ellos, con su trabajo, han sido los creadores del gran negocio del mueble que hoy está profundamente arraigado en nuestro término y que ha sido tan importante para nuestra historia". El proyecto comercial de Alfafar Parc, según Muñoz, había salvado todos los obstáculos, tras años de negociaciones, excepto uno: "el gobierno de Camps no quería ver un Ikea en nuestro término". El alcalde expone, como se ha demostrado en el caso de Paterna tras el encontronazo entre Agustí y los dirigentes de Ikea, que el trabajo es "complicado" hasta llegar a cumplir todos los trámites exigibles -lo mismo debe pensar Agustí-, por el "extenso trabajo administrativo a realizar y el gran número de obstáculos que deben superarse antes de que el proyecto de una tienda Ikea llegue a ser una realidad". Y después de cinco años Alfafar Parc -que fue presentado a finales de 2008 para lograr la autorización de Industria- "cumple con absolutamente todas las exigencias que se especifican en la normativa vigente".

Muñoz advierte que el proyecto "seguirá adelante y con operadores importantes, en los que puede estar incluido, por qué no, una segunda tienda Ikea", tras la primera de Paterna si finalmente se llega a un acuerdo entre administración y empresa. La opción de Alfafar fue aprobada por la multinacional en 2005.