Joseph Gulsoy (Ordu, Turquía 1925) tiene apenas un hilillo de voz. Su aspecto es frágil pero su mente permanece en efervescente actividad aún hoy a los 88 años de edad. Aunque es de trato humilde, infunde respeto y transmite sabiduría. El filólogo turco-canadiense, discípulo de Joan Coromines, ha dedicado buena parte de su vida al estudio de la lengua catalana, más concretamente a su variante valenciana, especializándose, además, en las hablas de la Canal, que él denomina «mixtas».

Fue su contacto con el propio Coromines, con quien coincidió en la Universidad de Chicago, lo que le animó a hacer su tesis doctoral sobre el Diccionario Valenciano-Castellano del lingüista Manuel Joaquim Sanelo, un xativí del siglo XVIII-XIX cuya muerte impidió acabar el proyecto que tenía entre manos y que retomaría Gulsoy muchos años después. Según explica, durante la realización de su tesis tomó el espíritu de Sanelo, siguió su método de estudio y se fundió con su alma, dice. Así, resolvió que sus metas en la vida serían estudiar y enseñar la importancia de la lengua catalana y valenciana para ponerla en su lugar, a través de estudios científicos sobre este «habla sin estado», incide. Gulsoy era un gran conocedor del catalán clásico. Lo había estudiado y leído hasta la saciedad pero era necesaria una toma de contacto directa. Así es como a finales de los 50 llegó a tierras valencianas. Dice que lo de aprender la lengua con las mujeres del Mercado de Colón «no es más que una anécdota» pero lo cierto es que incluso para eso es metódico.

Ahora reconoce que la situación es bien diferente. «Se ha hecho un gran progreso en el estudio de la lengua, se hace una defensa a ultranza desde la universidad, se enseña en las escuelas, y esto ayuda al mantenimiento de la conservación de la lengua y nadie la condena ya preguntándose para qué sirve, bueno algunos políticos pueden pensar eso» se rectifica. «Hay un aspecto prometedor porque hay producción en valenciano, se escriben libros, se hace teatro... pero también hay pequeños fracasos como el cierre del canal valenciano de televisión, esto es un desastre para la lengua», reconoce.