La empresa valenciana Contrerina ha ideado unos envases alimentarios biodegradables a partir de la paja de arroz, con los que ofrece a los agricultores de la Albufera, en l'Horta y la Ribera, una salida práctica y respetuosa con el medio ambiente a los restos producidos tras la recolección.

Esta empresa convierte el sobrante del arroz en un pasta de papel similar al cartón, con la que se pueden producir envases para el consumo alimentario y el almacenamiento de productos agrícolas. «Llevamos ocho años trabajando en el proyecto, desde que conocimos por los agricultores el problema de la paja de arroz», explica a Efe Fernando Segovia, uno de los dos empresarios impulsores del proyecto junto con Ángel Genís.

La quema de paja de arroz está prohibida, aunque en algunas ocasiones se permite con un expediente previo de autorización de la Generalitat, y en la mayoría de los casos estos restos acaban enterrados, produciendo unas emisiones contaminantes de gas metano que afectan a la calidad del agua y las tierras, informan desde la empresa. «Nosotros lo que vamos a hacer es darle valor a esa paja, con coste cero para la Administración y para los agricultores», asegura Segovia.

China, Bélgica o Italia son algunos de los países en los que esta empresa ha estado trabajando y estudiando la mejor manera de convertir la paja de arroz en envases biodegradables, un producto que ya han homologado y patentado.

Pero además de haber conseguido idear una solución funcional, en Contrerina también se han preocupado de asegurarse de que el suyo sea un negocio económicamente posible, con un estudio de la Universidad de Valencia que avala la viabilidad de una producción industrial de estos envases.

Inversión desde 2 a 13 millones

«Lo mejor de todo es que es un producto competitivo en el mercado», comenta Segovia, ya que los «envases que producimos tienen el mismo precio que las cajas de cartón». El proyecto pretende ponerse en marcha el próximo octubre, con la recogida de la paja de arroz con maquinaria procedente de Bélgica capaz de trabajar en terrenos húmedos, almacenamiento de la paja con medidas para evitar la autocombustión y una plantilla formada de cincuenta trabajadores.

«Para retirar las 50.000 toneladas de paja de arroz necesitaríamos 13 millones de euros, pero también podemos optar por la opción pequeña y retirar 5.000 toneladas año a año, para lo cual necesitaríamos una inversión inicial de 2 millones», explica Segovia.

Según el empresario, el banco alemán AKF, especializado en financiar proyectos medioambientales, ya se ha interesado en el proyecto, aunque para conseguir la financiación primero necesitan que la Administración avale el proyecto. Segovia ha mantenido reuniones con el alcalde de Valencia, Joan Ribó, el presidente de la Diputación de Valencia, Jorge Rodríguez, y con los directores generales de Medio Natural, Antoni Marzo y de Economía, Francisco Álvarez, y «a todos les ha gustado».