J. M.R. / M. M., Sagunt

Veinticuatro horas después de que el conseller de Inmigración y Ciudadanía Rafael Blasco visitara la ludoteca habilitada por Cruz Roja en el área de servicio de la AP7 a su paso por Sagunt, el lugar parece haberse transformado por completo. Donde Blasco se fotografiaba sonriente entre monitores, juegos y niños de origen africano, ayer apenas quedaban una mesa y unas sillas vacías.

De hecho, varias familias que se acercaron hasta las instalaciones durante la mañana de ayer con el fin de dejar allí a sus hijos durante un rato, abandonaban decepcionados el lugar al no encontrar a ningún responsable del servicio. Sobre la mesa tan sólo hay unos cuantos folletos divulgativos de Cruz Roja y un improvisado cartel escrito a mano en el que se leía: "Estamos en casa, si me necesitas llama" y, a continuación, un supuesto teléfono que, según la información de Telefónica, no existe.

Sobre las 14 horas aparecen en el lugar dos monitores de Cruz Roja que reconocen que, exceptuando el momento de la visita del conseller, desde hace unas dos semanas la ludoteca se halla prácticamente inactiva. Esta es la razón por la que durante algunos momentos, los propios monitores se ausentan del espacio de juego.

La explicación de este parón, a su juicio, está en el comportamiento de los automovilistas. Si hasta mediados de agosto -cuando atendieron a más de 500 niños- viajaban hacia el sur, muchos de ellos emigrantes que se dirigían hacia el Estrecho, ahora realizan el itinerario en sentido inverso. Sin embargo, el área de servicio del carril contrario, mucho más concurrida, carece de este servicio.

Allí, con el aparcamiento abarrotado de coches, los niños deben contentarse con corretear por entre los árboles del lugar. De hecho, los empleados de la cafetería de aquella zona ni siquiera saben que al otro lado de los viales de la autopista existe una ludoteca durante este verano.

Desde la oficina de Cruz Roja se desconocía ayer la nula actividad de su ludoteca, en contraste con el aspecto que presentaba durante la visita del conseller. Tan sólo se limitaban a señalar que el servicio dependía de Juventud y que todos los días los monitores eran trasladados desde sus oficinas en la calle Flora de Valencia. Así mismo, señalaron que las instalaciones serían desmontadas mañana domingo.