Levante-EMV, Valencia

"Yo sólo he dicho que Camps y los demás jamás han pagado un euro en la tienda". José Tomás, el que ha sido sastre de Francisco Camps en los últimos tiempos, aclaró ayer punto por punto su relación con el presidente de la Generalitat Valenciana: cómo le confeccionaba los trajes, quién le pagaba y cómo reaccionó el jefe del Consell ante su implicación. Todo ello tras comparecer en tres ocasiones -la última el pasado viernes-, ante el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón.

José Tomás es uno de los testigos y pieza clave para entender la rama valenciana de la operación Gürtel, la presunta trama de corrupción del empresario Francisco Correa supuestamente dedicada a obtener contratos de administraciones dirigidas por el PP. Dentro de la vía valenciana del entramado, Garzón acusa, entre otros, al presidente de la Generalitat, Francisco Camps, de aceptar ropa presuntamente pagada por Orange Market, filial de las empresas de Correa. José Tomás ya confeccionaba los trajes a Álvaro Pérez el Bigotes, responsable de Orange Market. Fue él, amigo personal de Camps, quien puso al presidente en la agenda de clientes del sastre. Y allí parece que se quedó: primero en Milano, y luego en Forever Young, donde se trasladó José Tomás.

En este sentido, las declaraciones del modisto son ciertamente comprometedoras para el jefe del Consell. Si hasta ahora las únicas explicaciones de Camps referidas a sus trajes eran un escueto "claro que me pago mis trajes" en el Foro ABC en Madrid y sin mencionar las tiendas Milano y Forever Young, José Tomás le desmintió ayer.

Pagaban "con fajos de 500 euros"

El modisto aseguraba ayer que era Pablo Crespo -en prisión-, uno de los cabecillas del entramado de Correa y fundador de Orange Market, el que "venía cada seis meses aproximadamente con un fajo de billetes de 500 y pagaba 30.000 o 35.000 euros. La última vez o las dos últimas veces pagó Orange Market mediante transferencias bancarias".

El sastre reconoció que ignoraba si Pablo Crespo y Orange Market le pasaban luego el cargo a Camps, pero afirmó que Camps y los demás "jamás han pagado un euro en la tienda". Según José Tomás, Crespo pagó a Forever Young entre 50.000 y 60.000 euros al año hasta 2008. En esos pagos estarían incluidos los costes de los trajes de Camps y del número dos del PP valenciano Ricardo Costa, los dos aforados valencianos a los que, como diputados autonómicos, Garzón no ha imputado. También incluirían los trajes del ex vicepresidente del Consell Víctor Campos y Rafael Betoret, ex director de gabinete de la Conselleria de Turismo y actual jefe de Protocolo de la Diputación de Valencia, ambos imputados.

Las explicaciones del sastre aclaran la cuestión del "chaleco blanco" de Camps para la recepción en el Vaticano, uno de los puntos que generaban controversia en el auto de Garzón, en el que se detallaban las prendas que presuntamente recibió Camps. Según Tomás, el chaleco no era blanco, sino negro, un desliz en el auto que el sastre achaca a las explicaciones sobre moda que dio al juez durante su declaración. El fallo en el color era uno de los agujeros a los que se aferran los servicios jurídicos de la Generalitat.

Sin embargo, lo más comprometedor para Camps es que fue Álvaro Pérez, según el relato del sastre, quien encargó los chalecos, "uno para él y otro para el presidente Camps". Cabe recordar que el Bigotes, según afirma el cabecilla de la trama, Francisco Correa, en las grabaciones que desencadenaron la operación, estuvo en la visita a Roma con motivo del nombramiento como cardenal de Antonio Cañizares.

Aquel acto, celebrado en marzo de 2006, se produjo en las víspera de la visita del Papa Benedicto XVI a Valencia, en julio de ese año. Pérez quería entrar en el reparto de los contratos por el montaje de la visita. La organización del Encuentro Mundial de las Familias no contrató a Orange Market, pero Pérez participó a través de Mediapro, que a su vez había sido contratada por Ràdio Televisió Valenciana, el ente público dirigido por Pedro García, también amigo íntimo de Álvaro Pérez.

"Álvaro ya tenía encargado un frac pero no había tiempo para cortar el de Camps, así que le envié uno de confección, de unos 300 euros, que fue el que utilizó y luego me devolvieron. Los chalecos se hicieron a medida y se encargaron al cortador de la fábrica de Satgor, S. A., en Navarra, que los envió directamente a la sede de Orange Market, en la calle Conde de Salobreña, en Valencia", revela José Tomás. La dirección correcta es Conde de Salvatierra -no Salobreña-, donde Orange Market tenía su sede antes de trasladarse a la calle Colón hace unos meses.

Además de aclarar la cuestión del polémico chaleco, el sastre explicó que los cuatro trajes que Camps reconoció haber encargado en Milano, estaban "mal confeccionados".

Por otro lado, Tomás confirma el nerviosismo que generó en el presidente de la Generalitat su declaración ante el juez: "El domingo 8 de febrero, antes de mi declaración ante la policía, me llamó cuatro o cinco veces. Le noté muy nervioso. Me preguntó si había alguna factura de Milano a su nombre. Yo le tranquilicé diciéndole que los cuatro trajes que encargó a Milano se habían devuelto. Fue cuando me dijo que Álvaro era un bocazas". Igualmente, José Tomás indicó que mientras estaba declarando tenía el móvil conectado y recibió entre ocho y diez llamadas de Camps que no contestó. "Todavía siguió llamándome un par de días más", añade.

Último trabajo, para la F1

José Tomás decía ayer que no ha vuelto a hablar con Francisco Camps tras aquellas llamadas. Sin embargo, la relación sastre-cliente se mantuvo hasta hace pocos meses. Al parecer, las últimas ocasiones en que coincidieron en persona fue en la tienda de Forever Young del Paseo de la Castellana. "Lo último que le hice fueron dos trajes de tejido fino, en agosto de 2008 para el Mundial de Fórmula 1 en Valencia", señaló.

Además, dijo que el presidente valenciano se llevó dos pares de zapatos de marca Crockett & Jones, de más de 500 euros cada par, aunque "estaban en oferta, rebajados a 200", detalló.