Las más de 740 camas con las que cuentan los diversos albergues juveniles ubicados en la ciudad de Valencia albergarán, durante la semana que viene, el sueño "rojo" de los turistas llegados de todo el mundo, que han reservado todas las plazas para acudir a la Tomatina en Bunyol, el próximo miércoles 26.

Entre las 40.000 personas que el Ayuntamiento bunyolense espera que ayuden a inundar este año de salsa de tomate la calle San Luis de la localidad, se encontrarán varios grupos de personas, en su mayoría australianos, que llegarán en viajes organizados a Valencia con el único fin de conocer de primera mano la Tomatina.

Este tipo de viajes se puede realizar gracias a empresas como "First Festival Travel" que se dedica, desde hace diez años, a gestionar vuelos y hospedaje para aquellas personas que quieran acudir a fiestas conocidas internacionalmente como el Oktober Fest (Múnich), Saint Patrick's Days (Irlanda), San Fermines o Fallas.

En el repertorio de opciones ofrecidas también se encuentra, desde hace un lustro, la Tomatina de Bunyol, para la que esa empresa ha alquilado en 2009 de manera completa la mitad de los ocho "hostels" que existen actualmente en Valencia, así como un hotel de la ciudad.

Los que opten por pernoctar en un lugar más cercano al punto central de la batalla, podrán hacerlo en el "Tomate Village" de Bunyol, un recinto de entre unos 15.000 y 19.000 metros cuadrados y que, desde el lunes y hasta el miércoles, servirá de zona de acampada con el fin de que los visitantes empiecen la fiesta antes y aumenten los ingresos de comerciantes y hosteleros.

Y es que el impacto económico de que tiene la Tomatina es "importantísimo" para Bunyol, ya que según ha manifestado el alcalde del municipio, Fernando Giraldós, esa fiesta representa "cerca de la mitad de los ingresos" para la localidad durante todo el año.

"No sólo comercios, sino también otro tipo de entidades privadas y públicas salen altamente beneficiados con esta celebración", ha explicado Giraldós, quien ha indicado que este año se prepara "un plan de actuación comercial" para evaluar de manera exacta el impacto económico que tiene esta tradición que cuenta con 64 años de antigüedad.

Este año, desde el lunes por la tarde los "tomateros" ya podrán acudir a Bunyol para comenzar a disfrutar de los festejos con los conciertos de "Los Inhumanos" y de "Los Malos del Cuento", así como continuar la diversión por la noche con un festival de "disc-jockeys".

Al día siguiente tendrá lugar la final de jugadores de catorce países del juego "Buzz" de la consola Play Station y cuyo ganador lanzará el cohete de agua (carcasa) que marca el inicio de la guerra de tomates del miércoles, día 26.

Llegado el día grande de la fiesta, las calles de Bunyol se llenarán de personas ataviadas con ropas viejas, blancas y gafas de bucear, para, a partir de las 11:00 y durante una hora, lanzar los más de 100.000 tomates en un espectáculo, que será trasmitido por más de treinta medios de comunicación de todo el mundo, entre ellos algunos procedentes de Argentina, Australia o Corea del Sur.

Sesenta miembros de Protección Civil, medio centenar de agentes de seguridad privada, un helicóptero y nueve ambulancias, serán los encargados de velar por la seguridad en esta guerra en la que, como reza su himno oficial creado el año pasado y cantado por el grupo local "Malsujeto", "no hay dolor, pero todo el mundo acaba del mismo color".