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El ex ministro Juan Costa y el presidente de la Diputación de Alicante, José Joaquín Ripoll, coincidieron ayer en Madrid, durante un fugaz encuentro, en que la situación del PPCV y la del presidente Francisco Camps es crítica. Pero también, según fuentes próximas a ambos, en que la crisis Gürtel está dañando a Mariano Rajoy.

Juan Costa llamó el jueves a José Joaquín Ripoll a sabiendas de que estaba en Madrid y le dijo: "Tengo que hablar contigo". El presidente de la Diputación de Alicante en Madrid encontró un hueco al finalizar la presentación del Centenario de Miguel Hernández, en la Biblioteca Nacional, y detrás de un biombo. Ripoll sabía de sobra que su presencia en la capital de España iba a ser más atractiva para los medios de comunicación por la crisis del PP y por su claro posicionamiento que el motivo real del viaje: el Congreso Internacional sobre el poeta oriolano. El encuentro de ambos dirigentes del PP fue inesperado. Al finalizar el acto Ripoll abandonó con prisas la sala tras la fotografía oficial y, al pasar la puerta del salón, se metió detrás de un biombo por espacio de 15 minutos con Costa, que lo esperaba con impaciencia. Nadie sabía dónde se había metido Ripoll. De hecho, todos los invitados esperaban fuera de la Biblioteca Nacional a un Ripoll que no aparecía. Al término de la reunión política tenían obligatoriamente que salir por la puerta principal del edificio y no se ocultaron. Salieron juntos e incluso se acercaron para una foto que diera sensación de camaradería.

Juan Costa, a preguntas de este periódico, no quiso realizar manifestación alguna sobre el encuentro, aunque por la mañana había sido muy crítico con el partido en una televisión nacional. Saludó a la vicepresidenta de la Diputación, Mónica Lorente, y viendo que nadie más le hacía caso (Ripoll se alejó de él con la excusa de unos saludos) se marchó a pie. El presidente de la Diputación no quiso explicar el contenido de la conversación. Ahora bien, según ha podido saber este periódico, Costa le preguntó sobre la opinión sobre la situación en la cual se encuentra su hermano y, principalmente, por cómo se habían hecho las cosas sobre su destitución. Incumpliéndose, en su parecer, los estatutos del partido.

Ripoll coincidió en algunas de sus opiniones pero le dejó ver a las claras que Ricardo Costa no es un plato de buen gusto en Alicante y que le responsabiliza de buena parte de los problemas que han pasado en la provincia en su lucha por arrebatarle la presidencia provincial en beneficio del candidato de Camps, Pérez Fenoll. Ripoll no se escondió al asegurar que la destitución de Costa no se ha realizado siguiendo lo que marcan los estatutos del partido (en eso coincidió con Juan Costa), pero no por quién es, sino porque en esa misma situación se puede encontrar cualquier afiliado del PP en un momento dado y tampoco le gustaría, según explicó.