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La denuncia que llevó a un profesor a sentarse en el banquillo de los acusados por castigar a una alumna de sexto de Primaria que no hizo los deberes "no es más que un dislate". Así lo afirma el titular del juzgado de Instrucción número cinco, Manrique Tejada, que ha absuelto al docente del colegio Juan Bautista Llorca de Alicante que sancionó a la niña de once años enviándola al fondo de la clase y mandándole copiar unas cien veces "debo hacer lo que me manden".

El magistrado concluye que no hubo coacciones ni vejaciones, como sostiene el padre de la menor, y va más allá al sentenciar que se ha tratado de "judicializar las pautas pedagógicas de los docentes poniendo en claro riesgo la formación de los alumnos".

Al respecto, el fallo concreta que el peligro de esta judicialización está en que a los escolares "en ningún caso se les podría reprender por muy mal que hiciesen las cosas o cuando no cumpliesen los dictados del profesor a cuya actividad didáctica están encomendados, so pena de incurrir en la posibilidad de ser denunciados y, como mínimo, sufrir la llamada 'pena de banquillo'".

Fue en octubre cuando el padre de la menor interpuso la denuncia y acusó al profesor por dos faltas de maltrato y vejaciones por las que pidió que fuera condenado a una multa de más de 1.000 euros. El progenitor aseguró que el castigo le causó tal humillación a la niña que terminó vomitando y fue obligada a recogerlo. Sin embargo, este extremo fue negado por el profesor y no hubo ningún testigo que lo ratificara durante el juicio celebrado el 19 de noviembre. En la vista, el fiscal tachó de "descabellada" la denuncia y pidió su absolución.

El juez ha seguido la petición del fiscal y considera probado que "como consecuencia de la no entrega de un sencillo trabajo de clase" en grupo al que la niña se había comprometido, el profesor decidió que "como castigo se pusiera al fondo de la clase y copiara muchas veces la frase 'debo hacer lo que me manden'". Unos hechos que no considera que sean constitutivos de ninguna falta, como figura en la sentencia, contra la que cabe recurso.