?

La treintena de fundaciones públicas de la Generalitat acabaron 2008 con una deuda a corto y largo plazo de 101,8 millones, según refleja el último informe de la Sindicatura de Comptes. De esta cantidad, la mayor parte se corresponde a deuda a corto plazo, 72,7 millones de euros, que incluyen un total de 47,4 millones que se debían a "acreedores comerciales y otras cuentas a pagar", es decir, empresas que han realizado algún tipo de servicio a esta treintena de fundaciones y que al finalizar 2008 no habían podido cobrarlo. La más morosa era la Fundación del Palau de les Arts Reina Sofía, con 24 millones de deudas que no había abonado a sus acreedores comerciales a 31 de diciembre de 2008, seguida de la Fundación de la Comunidad Valenciana La Luz de las Imágenes, con 12 millones de euros. Otro dato que revela el pozo sin fondo en el que se han convertido las fundaciones públicas son los 42 millones de euros que destinan a gastos de personal, como Agua y Progreso que es la que tiene el presupuesto más elevado: 15,4 millones de euros.

La treintena de fundaciones públicas no se lo ha puesto fácil a la institución que dirige Rafael Vicente Queralt: sólo dos han presentado toda la documentación relativa al presupuesto y las cuentas anuales como es debido. El resto ofrece información incompleta, sin fecha, fuera de plazo o sin inventario.

Cobros indebidos

Aunque el análisis aleatorio que habitualmente realiza la Sindicatura, y que este año ha recaído en seis fundaciones ha permitido detectar algunas llamativas irregularidades. Por ejemplo el cobro del director de la Fundación para el Estudio de la Violencia-Centro Reina Sofía, José Sanmartín, que ha recibido "13.900 euros mediante anticipos a cuenta, por servicios de coordinación/asesoramiento de varios cursos". Una actividad que, avisa el Síndic, "no está contemplado en la actividad del Patronato".

En la auditoría a la Fundación de la Ciudad de las Artes Escénicas, el Síndic insiste en que durante 2008 se invirtieron 22 millones en la Nave de Talleres Generales cedida a la Fundación en el Port de Sagunt pese a que "no se dispone de ningún documento que formalice dicha cesión y los términos en que se efectuaría".