Desde San Miguel seguimos en la lucha. Así se llama el libro en el que la la Universitat de València (UV) acaba de reunir 14 de los artículos que el veterano luchador antifranquista Isidro Guardia (Valencia, 1921) logró sacar clandestinamente de la prisión de San Miguel de los Reyes entre 1949 y 1950 para que fueran publicados en la prensa española en el exilio.

Algunos de los artículos que Guardia envió a España libre, órgano en Francia de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT-AIT) en Francia, junto a tres de los muchos que escribió ya fuera de la cárcel para publicaciones cenetistas de México y París, han sido recopilados en un libro en el que los historiadores Salvador Albiñana y Javier Navarro, ambos profesores de la UV, destacan el compromiso por la libertad de Isidro a través de un ensayo sobre el valor histórico de sus artículos y una amplia entrevista con este protagonista de la historia. Navarro agradece que la Universitat haya sido quien publique esta obra, "porque él siempre me ha dicho que la prisión de San Miguel fue la "Universidad del obrero"".

Guardia, que escribía a escondidas en una máquina de las oficinas de la cárcel, sacaba sus artículos de San Miguel con la ayuda de un funcionario que colaboraba con la Agrupación X, la red clandestina que la CNT había constituido en la prisión. Este empleado ocultaba los escritos en el falso fondo de una fiambrera, para luego remitirlos por correo a Francia, cada vez a una dirección diferente para no despertar sospechas. Para evitar ser detectado, Isidro firmaba bajo nombres falsos, sus favoritos eran Codine, un personaje de las novelas del escritor anarquista Panait Istrati, el Gorki de los Balcanes, y Juan Lorenzo, un homenaje a Juan Llorens, el líder de las Germanías.

Navarro destaca el interés de los artículos de Guardia "porque en ellos defendía la unidad de todas las fuerzas democráticas contra la dictadura y denunciaba la crítica situación social y económica que atravesaba España a finales de la década de los cuarenta, con el fin de desenmascarar la propaganda de un régimen que intentaba legitimarse de cara al exterior". El historiador considera "interesante" la lucha desigual que Isidro mantiene "desde prisión contra el poderoso aparato propagandístico de la dictadura, que jugaba con fuerza sus bazas anticomunistas en plena guerra fría para salir de su aislamiento internacional tras la II Guerra Mundial".

Isidro, que cuando aún no tenía 16 años marchó con una columna miliciana hacia el frente de Teruel, comenzó a luchar desde la clandestinidad nada más regresar a Valencia al finalizar la guerra. Detenido el mismo día que cumplía 19 años, el 15 de junio de 1940, fue condenado a muerte por ser uno de los líderes de la Agrupación Libertaria, la primera organización de resistencia antifranquista que combatió desde la clandestinidad en Valencia. Tras 66 días en el corredor de la muerte, la pena le fue conmutada por la de cadena perpetua. Pasó 10 años, 3 meses y 22 días en prisión..

El niño que se hizo sindicalista

Isidro Guardia, que el 15 de junio celebrará su 89 cumpleaños, escribe en Levante-EMV desde hace más de dos décadas, donde cada domingo firma la tribuna agraria "La qüestió citrícola" bajo el seudónimo de Leopoldo Arribas. Comenzó a trabajar como botones de la cervecería París de Valencia un mes antes de cumplir los 10 años, cuando la muerte de su padre le obligó a dejar los estudios. Los camareros, afiliados a la CNT, le llevaban libros de gramática, historia y de aritmética y le decían "Nosotros haremos tu trabajo y tu bajas al sótano y te pones estudiar". "Eso me hizo sindicalista", rememora. R. M. valencia