Las tasas de fracaso y abandono de los estudios universitarios son "altísimas", reconoció ayer en Valencia el profesor Guy Haug, considerado uno de los "padres" de la reforma del Espacio Europeo de Educación Superior.

Una de las deficiencias de muchos de los sistemas universitarios europeos son los niveles de exigencia a los estudiantes. En países, como Italia, "tenemos alumnos con importantes tasas de fracaso", indicó.

Significa que, antes de las reformas de Bolonia, "de cien jóvenes que entraban, dos terminaban sus estudios a tiempo; 62 dejaban de estudiar sin nada, porque no existían créditos, y tres años antes de darse cuenta que no valía la pena mientras que el 36% acababa el grado de cuatro años en un promedio de ocho, se duplicaba dos veces en relación al tiempo oficial de los estudios. Era desastroso" explicó el especialista Guy Haug.

En su opinión, esta situación supone "que se congela talento e iniciativa de la juventud y hay que financiarlo. Es un desastre económico y sociológico. Es un uso de los recursos presupuestado muy malo". Con la reforma se busca "eficiencia".

Otro problema en Europa es que "se quiere enseñar con alto nivel académico muchas cosas que no se necesitan y no se enseñan competencias, destrezas útiles para entrar en el mercado laboral". m. ducajú valencia