"Con una simple imputación no se puede poner en peligro la estabilidad de una Generalitat que hoy revalidaría Camps con más respaldo que en las elecciones". La frase es de un importante dirigente del PP que tiene hilo directo con el jefe del Consell y avanza a la perfección la situación que puede producirse el 12 de mayo, si el Tribunal Supremo opta por que se reabra la causa de los trajes y la devuelve al Tribunal Superior de Justicia valenciano. Entre los populares no hay un debate público sobre esta temida eventualidad -ayer mismo la alcaldesa Rita Barberá contestó a los periodistas sobre la hipotética imputación que "no hay nada planteado en el PP" sobre esta cuestión- pero en privado todas las posibilidades se barajan.

Y la respuesta, que se deriva de lo que el propio mandatario autonómico ha trasladado a los suyos, no puede ser más contundente. Si el 12-M se reabre el caso, Camps no dimitirá. El presidente, aseguran, lo hará por su entorno más cercano, por todo lo que en su opinión éste ha tenido que soportar durante los quince meses de temporal Gürtel a sus espaldas, para defender su honorabilidad y que no haya mancha de duda. El jefe del Consell sabe que una dimisión equivaldría a salir de la política valenciana por la puerta trasera.

Por eso, en la sede del PPCV se preparan para resistir. También a las presiones de Génova. En caso de reabrise el asunto, Camps volvería a la situación de imputado, la misma que acabó provocando la renuncia de Bárcenas y Merino. A Rajoy le sería complicado explicar la diferencia de trato. Pero para los populares valencianos la causa de los trajes es un asunto menor. Cuestión distinta es que la investigación sobre la presunta financiación del partido cuajara. Dirigentes populares no ocultaban ayer su irritación por el rumor sobre una reunión entre la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, Javier Arenas y Ana Mato para preparar el relevo de Camps en caso de imputación el 12-M.

"Estas informaciones no las mueve Génova, sino alguien de Génova", recalcan dirigentes del PPCV. Otras fuentes recuerdan que, aunque el Supremo devolviera el asunto a Valencia, la causa regresaría al juez Flors, pero todavía no habría juicio sino que se estaría todavía en las fases previas, entre ellas, la "vistilla" en la que las partes han de concretar las imputaciones y que también permite la vía de recurrir. Esto es, que todavía le quedarían a Camps "cartuchos" judiciales. Ganaría tiempo y eso, en política, a veces es crucial. Cuestión aparte será cuando el juez, en su caso, dicte juicio con jurado.

Tras el fin de semana de desmentidos y comunicados (veinte dirigentes del PPCV salieron en defensa de Camps), ayer coincidieron en la inauguración de las instalaciones de Eresa Barberá y Camps. El presidente se fue sin hacer declaraciones. No así la alcaldesa, que recalcó que el posible relevo de Camps si se produjera su imputación "no existe" ni está "planteado" en el PP e insistió en que va a ser el "mejor candidato" en las autonómicas como "es ahora el mejor presidente que ha tenido la Comunitat". Además, dijo, "vamos a ganar encabezando él la candidatura con más todavía escaños de los que tenemos en este momento".

Es más, inquirida sobre la situación que produciría la posible imputación de Camps afirmó que no hay "nada planteado en mi partido" al respecto. "No hablo de hipótesis de trabajo, no sabemos nada, no me quiero meter en temas que no tengo ni idea de lo que va a pasar". Insistió en que no se ha reunido con ningún dirigente "ni personal ni presencial ni telefónicamente porque en mi partido el tema que se refiere a relevar al señor Camps no existe, no está planteado". "No hay nada", zanjó.