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El número de padres que contrata a un investigador para vigilar las salidas de sus hijos ha aumentado, según confirmó Eloy Paco, presidente del Colegio Oficial de Detectives Privados de la Comunitat Valenciana. Cerca de trescientos valencianos han recurrido en el último año a un detective privado para controlar si su hijo adolescente consume alcohol o se droga. El coste medio de este tipo de servicios es de quinientos euros y ya supone un diez por ciento del trabajo de los investigadores.

El presidente del Colegio de Detectives Privados aseguró que algunos padres cada vez están más preocupados por las compañías de sus hijos. "Son servicios que estamos haciendo sobre todo en grandes ciudades como Valencia. Lo sorprendente es que vigilamos incluso a niños de 12 y 13 años. A esa edad acceden a discotecas para menores en las que en teoría no pueden consumir alcohol. Beben con los amigos antes de entrar", precisó el representante de los detectives valencianos.

Eloy Paco lamentó que "desgraciadamente el consumo de alcohol está muy extendido. Hemos seguido casos de chicas de trece y catorce años que se emborrachan cuando salen con sus amigas los fines de semana. Utilizan el alcohol porque económicamente es más barato. Compran una botella de ginebra entre varias y lo mezclan con cola. Los padres se preocupan cuando ven el estado en el que llegan a casa. Son conscientes de que han estado bebiendo y tratan de ponerle remedio".

El presidente del Colegio de Detectives indicó que el perfil de este tipo de clientes es muy variado. "No son empresarios. Puede ser desde un trabajador de Mercadona a un profesor o un médico. Son padres que han detectado un comportamiento extraño en sus hijos y quieren evitar que caigan en malas compañías. Están dispuestos a hacer un esfuerzo económico antes de que la situación empeore".

Salidas de cinco horas

El representante de los investigadores privados valencianos precisó que el coste medio de vigilar "a un niño durante un fin de semana es de unos quinientos euros. No es tan caro como la gente piensa. Son dos salidas de cuatro o cinco horas porque vuelven pronto a casa. No están toda la noche por ahí". Un detective con despacho en Valencia explicó que lo que más le llama la atención en este tipo de seguimiento es ver la rapidez con la que algunas adolescentes "de catorce años se cambian de ropa en la calle en cuanto su padre dobla la esquina con el coche. Se transforman por completo".

Eloy Paco puntualizó que el seguimiento a menores "ya representa el diez por ciento de los encargos. Depende mucho de cada agencia porque algunas están especializadas en bajas laborales o el seguimiento de fraudes. El control de adolescentes supone un porcentaje elevado de nuestro trabajo para el tipo de servicio que es". Las vigilancias a los hijos han desplazado al control de las infidelidades. El presidente del Colegio de Detectives indicó que hoy en día las infidelidades "apenas representan el uno por ciento de los casos".