La Conselleria de Sanidad deberá indemnizar a una menor con 110.000 euros. El motivo, que un juzgado los considera responsables subsidiarios de una negligencia médica que acabó con la vida de su madre, Lucía C. S., de 35 años.

Según consta en el fallo, en julio de 2005 la mujer padecía una depresión crónica desde dos años antes. Su médico le recetó un medicamento llamado lamotrigina, pero comercializado como lamictal, en una dosis superior a la recomendada. Ella comenzó a tomarla creyendo que estaría mejor. Nada más lejos de la realidad.

Al mes de estar medicándose, su pecho y su espalda comenzaron a llenarse de llagas. Poco a poco, dichas llagas fueron expandiéndose por los brazos y a las piernas. Además, perdía peso sin parar, tenía fiebre y otras complicaciones físicas. Lucía decidió ir al hospital Virgen de los Lirios de Alcoi. La ingresaron.

Tal y como reza la sentencia, los facultativos no se dieron cuenta de que la dosis que tomaba de lamotrigina era demasiado alta hasta dos días después de ingresarla. Era demasiado tarde. Lucía murió el 8 de agosto de un fallo respiratorio. Tenía el cuerpo totalmente vendado por la llagas. Los magistrados afirman en su escrito que "en el caso que nos ocupa, está acreditado que el fallecimiento de la paciente fue debido a un proceso tóxico producido por un medicamento que le había sido prescrito, en el último mes, por su psiquiatra para el tratamiento de una enfermedad de síndrome depresivo". Y prosiguen los miembros de la sala diciendo que "está constatado en la documentación del expediente programado el lamictal, en dosis de 100 miligramos, durante el ingreso hospitalario, lo que constituye, por si mismo, una infracción del lex artis, al ser la causa del fallecimiento, el proceso tóxico sufrido como consecuencia de la ingesta del citado medicamento durante, al menos, el mes anterior a su ingreso hospitalario, y durante los dos primeros días de dicho ingreso, en dosis de 50 y 100 miligramos".

Aseveran los magistrados que con independencia del acierto o el error en la prescripción del medicamento para un síndrome depresivo, "lo cierto es que se prescribió y administró, en dosis no recomendadas, y que ello produjo el síndrome Lyell, por el que la paciente falleció como consecuencia de una necrolisis epidérmica tóxica produciéndose un daño irreversible".