La sobrecarga de trabajo que vienen denunciando los controladores de la torre de control de Manises ha entrado en una nueva dimensión esta semana, en plena salida de las vacaciones. Según señalaron ayer fuentes del colectivo en el aeropuerto de Valencia, en las últimas 72 horas dos controladores han recibido la baja médica, después de ser atendidos en el propio puesto de trabajo con un fuerte estado de ansiedad y estrés. Uno de ellos, literalmente, se desmayó. Estos incidentes ya han provocado retrasos en los vuelos en Manises: más de una hora el jueves por la tarde y de varios minutos ayer por la mañana.

El colectivo achaca la sobrecarga de trabajo a la reducción de personal por turno decretada desde abril por Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA), que es quien regula ahora las condiciones laborales y la organización del trabajo de los controladores. En total, cuatro de los 21 controladores en plantilla -regulan el movimiento de despegue y aterrizaje de los vuelos- están de baja ahora mismo.

El momento más grave se produjo a primera hora de ayer sábado, entre las 7.20 y las 7.40 horas de las mañana, cuando el único controlador designado en el turno de noche sufrió un desvanecimiento fruto de la tensión por la sobrecarga de trabajo, señalaron fuentes del colectivo de controladores. "La operativa del aeropuerto ha dejado de controlarse durante media hora. Es lo último. Hay que garantizar que el movimiento esté seguro. Es muy preocupante", añadieron.

Demoras el jueves

No ha sido el único incidente. El jueves por la tarde (15 de julio) se vivió una situación de "desastre, caótica" en el aeropuerto valenciano. "Había asignadas tres personas para el turno; pero una compañera está de baja y AENA decidió no sustituirla. Entre dos tuvimos que arreglarnos y un 15 de julio, con la salida de vacaciones, eso es imposible", afirmaban desde el colectivo.

En ese contexto, los dos controladores se vieron "desbordados", lo que provocó "una demora de una hora o superior" en las salidas desde Valencia; en cuanto a las llegadas, el tráfico fue regulado, es decir, que se redujo el ritmo de entrada de vuelos en el aeropuerto para dar tiempo a los controladores a dirigir las operaciones. Precisamente, uno de los dos trabajadores de ese turno sufrió un ataque de ansiedad y los servicios médicos del aeropuerto lo mandaron al hospital. Según advierten desde el colectivo en Manises, las condiciones de trabajo, más allá del estrés del personal y de los retrasos en los vuelos, "podrían dar lugar a incidentes graves".

Al margen de estas incidencias en Valencia, en el aeropuerto de l'Altet (Alicante) la ausencia por baja médica de dos de los cuatro controladores previstos provocó retrasos de algo más de 40 minutos en los vuelos a lo largo de la mañana -había programados 290.

Según explicó un portavoz de AENA, la presencia únicamente de dos trabajadores en la torre obligó al aeropuerto a regular el tráfico, acumulando un retraso medio de 43 minutos.

Precisamente, desde la empresa estatal se ha advertido en los últimos días de las bajas entre el controladores como motivo de los retrasos. Las compañías aéreas, en la misma línea, también culpan a los controladores de utilizar las bajas como medida de presión a la empresa, con quien está en conflicto laboral. Lo cierto es que la puntualidad se ha vito afectada en las últimas semanas.

De cuatro a tres operarios por turno

La situación que denuncian los controladores viene condicionada por el nuevo marco legal del colectivo, después de que la empresa estatal AENA haya pasado a ser la que regula sus condiciones laborales. Según señaló la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA), el colectivo ha visto cómo se reducía el número de controladores por turno y el tiempo de descanso obligatorio. Así, si antes había cuatro controladores de día -siete horas- con un descanso obligatorio del 33%, ahora hay generalmente tres, con un 25% del tiempo de descanso. En el turno de noche -diez horas-, han pasado de tres a dos personas, y el tiempo de descanso reglamentario, antes del 50%, ahora es del 33%.

Este nuevo sistema, según denuncia USCA, ha dado lugar a situaciones como las vividas esta semana, con dos controladores que han terminado en el hospital con ataques de ansiedad. Actualmente hay cuatro de los 21 miembros de la plantilla de baja. A los dos de esta semana se une una mujer en reposo por embarazo y otra "por concentración alta de monóxido de carbono, debido a un derrame de gasóleo en la propia torre de control", señalaron desde el colectivo.