La utilización de la carretera de Alcublas como circuito ilegal de motoristas ha suscitado una peligrosa reacción ciudadana. Según ha podido saber Levante-EMV, un desconocido vertió una gran cantidad de aceite a lo largo de la carretera que une Alcublas con Teresa con la evidente intención de provocar accidentes a los motoristas. El sabotaje, llevado a cabo el pasado 17 de enero, provocó la caída de al menos dos motoristas, que se salieron de la calzada tras patinar con el aceite vertido. Uno tiene 23 años y es de Xirivella. El otro cuenta 26 años y es vecino de Valencia. Ninguno de los dos sufrió heridas de consideración, más allá de algunos hematomas. En cuanto a los daños materiales, una moto sufrió desperfectos por valor de 3.000 euros y la otra quedó en estado de siniestro.

La intencionalidad del vertido queda fuera de discusión. Las imágenes que captaron los motoristas muestran un reguero de aceite de gran espesor y con extrañas formas semicirculares que sólo se pueden dar tras arrojar el líquido con la mano. Además, el rastro va zigzagueando de un carril a otro sin discontinuidad y se focaliza en el centro de la calzada durante al menos cinco kilómetros. Evidentemente, nadie conduce de ese modo. Por tanto, todo apunta a que fue una temeraria acción para contrarrestar las carreras ilegales de motos y los piques entre motoristas en estas vías secundarias llenas de curvas.

Como ha venido informando este diario, el Ayuntamiento de Alcublas ha llegado a contabilizar el paso de más de 200 motocicletas por el casco urbano de la localidad en las mañanas de los fines de semana. No todos conducen de forma temeraria. Pero un motero consultado por este diario reconoce que él mismo ha alcanzado los 220 kilómetros por hora en las rectas de estas carreteras entre Llíria y Alcublas y entre Alcublas y Teresa, donde la velocidad máxima media es de 70 por hora.

Esas peligrosas excepciones, como explica el alcalde de Alcublas, Manuel Civera, han disuadido a algunos conductores mayores de ir en coche a la localidad los fines de semana y han forzado a algunos tractoristas a tomar rutas alternativas por miedo a los adelantamientos y las invasiones del carril contrario que comenten algunas motos. Prueba de ello son los continuos accidentes que se producen en estas carreteras de la Serra Calderona.

Sin embargo, los accidentes del pasado 17 de enero no fueron culpa de los motoristas. Al contrario: ellos fueron las víctimas. El primer afectado fue Toni Castillo, de 26 años y vecino de Valencia. Era domingo por la mañana y había salido solo a dar un paseo en su Honda CBR de 600. De Valencia a Llíria, de Llíria a Alcublas por la CV-245 y de Alcublas a Teresa por la CV-235. "Al volver de Teresa -cuenta-, entré a una curva a izquierdas y vi una mancha oscura en el suelo. Pensé que era el parcheado de la carretera. Pero era aceite. La moto patinó y se empotró contra el quitamiedos. Yo levanté los brazos y también paré contra el quitamiedos. Pero hubiera podido caer por el barranco de quince metros y matarme, o me hubiera podido cortar alguna extremidad con el guardarraíl. A quien hizo eso deberían meterlo en la cárcel", opina Toni. La Guardia Civil acudió al lugar y una grúa con pluma se llevó la moto siniestrada.

El segundo accidente

Ese accidente lo vio Óscar Ferrer, de 23 años y Xirivella, y los cuatro amigos que lo acompañaban en su excursión motera por la Calderona. Pocos kilómetros después, fue él quien sufrió una caída con su Yamaha FZ6N de 500. "Entré a una curva a derechas y la moto se deslizó hasta caer por un pequeño barranco. Yo me fui al suelo. Sólo me hice un hematoma en el brazo derecho porque iba despacio. Pero no entiendo cómo se puede hacer algo así, que puede afectar a los que van deprisa pero también a la típica persona mayor que va con el vespino cargado de verduras", afirma.

Según Óscar, está claro que el vertido de aceite "fue una protesta contra los motoristas". "Pero pagamos justos por pecadores, porque yo también desprecio a los motoristas que hacen guarradas por la calzada. Para eso están los circuitos", asegura. Ese día, además, se celebraba la festividad de San Antonio, patrón de Alcublas. Un día con la carretera especialmente transitada.

Algunos foros cibernéticos frecuentados por aficionados a las motos alertan de que, aparte del vertido de aceite, se han producido otros sabotajes con clavos y punta de alambradas, un extremo que no ha podido ser confirmado. Es la respuesta ciudadana a una problemática para cuya solución el alcalde de Alcublas ha solicitado que se instale un radar y que la Guardia Civil refuerce la vigilancia.