Primero se pagó y 44 meses después (un 27 de noviembre de 2002) se comprobó si las facturas que se abonaron eran o no falsas. Así operó el consejo de administración del Instituto Valenciano de la Exportación (IVEX), respecto a los recibos que empresas de paraísos fiscales como Midway International, pasaron al cobro por supuestos gastos de organización de los seis recitales que ofreció Julio Iglesias por cuenta de la Generalitat en 1998 y 1999. Y el órgano de gobierno del instituto -con su entonces presidente, el conseller Fernando Castelló a la cabeza- tampoco se tomó la molestia de verificar los documentos de cobro por iniciativa propia, sino por las presiones de un Síndic de Comptes que llevaba tres informes de fiscalización consecutivos cuestionando las facturas.

La Sindicatura hacía constar la "salvedad" de que varios pagos de 1999, como los que fueron a Midway, estaban pendientes de "acreditación documental fehaciente". El órgano fiscalizador cuestionó las facturas y las firmas que las rubricaban, que "no eran originales". El IVEX pidió a la citada sociedad "un nuevo ejemplar" de cada recibo. Como no se lo dio -Midway International ya ni existía, pues se disolvió cuando dejó de sangrar a la Generalitat-, el instituto encargó una pericial para validar la firma. Y así fue como se aprobaron las cinco facturas, por 496.021 euros, en ese consejo de administración del 27 de noviembre de 2002.

Facturas para pagar el contrato B

Así consta en el acta entregada por la directora del instituto, Mar Casanova, al juez Luis Carlos Presencia Rubio, que investiga la presunta falsedad documental y malversación de fondos en la firma y ejecución de un contrato B que elevó los emolumentos del artista de 375 a 990 millones de pesetas libres de impuestos. El juez instructor pidió papeles a instancias de la Audiencia de Valencia, que levantó el archivo del caso al ver indicios de "malversación de dinero público" a través de facturas falsas. Entre otras, esas cinco.

Subrayaba la Audiencia que esa facturación "parece ser que no encuentra respaldo en servicios realmente prestados", sino que podría haber respondido a la finalidad de "amparar o dar cobertura a los pagos a los que el IVEX se hubo obligado en la Carta de Intenciones IVEX-Julio Iglesias de la Cueva", que es como las partes bautizaron al contrato B firmado el mismo día que el oficial, pero escondido a las Corts, al Síndic y a la opinión pública. La Audiencia sospecha, en definitiva, que Midway o International Concerts, que facturó por el recital de Orlando en marzo de 1998, emitían facturas para que el IVEX justificara pagos que en realidad no eran por gastos de recitales sino para saldar la diferencia entre el contrato oficial y el B. En el caso del concierto de México, la Audiencia alude a las cinco facturas citadas que forman parte de un montante global de 1,8 millones de dólares pagados a Midway por sus presuntos servicios en el concierto del Auditorio Nacional azteca en abril de 1999. Un trabajo que nunca hizo, porque el montaje corrió por cuenta de una empresa local, a cambio de explotar la venta de entradas.

La Agencia Tributaria sospechó que esas y otras facturas de Midway, de International Concerts y de Gold Peak Trade Services (esta última por Shangai) eran falsas. Hasta el punto de que multó con 191.457 al instituto, en junio de 2005, por haberse desgravado gastos por servicios "que en ningún caso se ha acreditado que se realizaran".

Sólo hay un acta sobre los pagos millonarios

El juez le pidió al IVEX copia de todas las actas de los consejos de administración celebrados desde 1998 en las que se hubiera tomado "cualquier clase de acuerdo para validar o verificar facturas emitidas por Midway International, International Concerts o cualquier otra entidad relacionada con los eventos celebrados con ocasión de la promoción de la Comunitat Valenciana en el extranjero". Y la directora del IVEX, Mar Casanova, le ha remitido una sola acta. La que da cuenta de la reunión del consejo del 27 de noviembre de 2002 que validó las cinco facturas de Midway International -por 496.021 euros- es la única que refleja alguna decisión sobre los pagos por Julio Iglesias. Sobre el resto de las facturas millonarias abonadas por la operación Julio Iglesias hay dos opciones: o no pasaron por consejo de administración o las actas de las reuniones volaron de la Plaza de América. f. a. valencia