El espectacular fuego que en la noche del domingo al lunes arrasó la marjal de Peñíscola calcinó 25 hectáreas de vegetación y cultivo, según el recuento realizado por el Consorcio de Bomberos de Castelló.

El fuego y el intenso humo obligó a desalojar a los ocupantes de cientos de caravanas, mayoritariamente de jubilados de centroeuropa, alojados en el camping Edén. Hacia la una de la madrugada pudieron volver a sus casas móviles después de pasar varias horas en los comedores y cafetería del hotel. El alcalde de Peñíscola, Andrés Martínez, declaró ayer que por fortuna "no tenemos que lamentar daños personales" y calificó el incendio en este paraje de "pérdida incalculable" que hubiese podido acabar en tragedia "si la actuación de los equipos de emergencia no hubiese sido tan rápida, tan coordinada y eficaz" Según Martínez, los trabajos de limpieza y desbroce realizados recientemente contribuyeron a frenar el avance de las llamas.

Los grupos ecologistas califican el incendio como un desastre ambiental y un "mazazo" a la delicada zona húmeda. Ecologistas en Acción del País Valencià (EAPV), a través de su portavoz Quique Luque remarcó que la marjal es una zona protegida incluida en la Red Natura 2000 bajo la figura de Lugar de Interés Comunitario (LIC), además de una zona húmeda incluida dentro del programa LIFE de la Unión Europea para la recuperación del Samaruc y una de las 14 zonas húmedas catalogadas de nuestra autonomía.

"Posee una de las mejores poblaciones naturales de todo el mundo de samaruc y es el único lugar de Europa donde se encuentra el gasterópodo centroafricano Melanoides tuberculata", señaló. Para Luque, "las acequias han frenado el avance de las llamas" y criticó la construcción de una pasarela peatonal que a su juicio favorecerá nuevos incendios.