Miles de personas secundaron en la tarde de ayer la manifestación convocada por el Col·lectiu contra la Corrupció y que llevó hasta la misma puerta del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana su reivindicación: «No a la corrupció, Camps dimissió» y «No volem un lladre de president». Los asistentes —60.000 según la organización; unos 3.500 según fuentes de la Policía Nacional— marcharon desde la plaça de Sant Agustí en una protesta marcada por el intento (frustrado) de suspensión del PP, que en la víspera presentó una denuncia contra los organizadores por «injurias graves» contra Camps.

«Somos víctimas de la corrupción del PP, por eso lo denunciamos y lo haremos, sea del partido político que sea», afirmó la portavoz del colectivo convocante, Reyes Matamales. «No queremos un presidente de la Generalitat que mienta y legitime la financiación irregular. Queremos instituciones transparentes; vivimos en un estado democrático y de derecho y al PP hay que recordárselo. Que apliquen la legalidad vigente y que den explicaciones por la financiación ilegal», añadió.

En relación con esa denuncia del PP, Matamales ironizó y se preguntó si los populares también denunciarán a los artistas falleros, ya que estas fiestas se ha visto al jefe del Consell —imputado por el caso Gürtel— y otros dirigentes encerrados «en jaulas».

La marcha contra la corrupción, a menos de dos meses para el 22-M, contó con la presencia de prácticamente todos los líderes de la oposición. El secretario general del PSPV, Jorge Alarte, encabezó una importante representación socialista, aunque, como estaba previsto, no se vio simbología del partido. Alarte vinculó el acto también al líder nacional del PP: «Exigimos al PP que cese en su intento de alteración de la normalidad constitucional en la Comunitat», dijo, y reclamó a «Mariano Rajoy y a Francisco Camps que cesen en su intento de coartar el derecho a manifestarse y expresarse de los valencianos», en relación a la denuncia. Alarte, que ocupó un lugar discreto en el interior de la marcha, acudió a la marcha acompañado de su portavoz parlamentario Ángel Luna, de buena parte de su ejecutivo y numerosos diputados nacionales, autonómicos, eurodiputados, concejales, militantes y simpatizantes del partido, que acudieron en autobuses desde algunas poblaciones de Valencia.

Sí se pusieron tras la pancarta los diputados de Compromís. Su portavoz y líder del Bloc, Enric Morera, envió un mensaje a Jorge Alarte, a cuenta de la inclusión en la lista socialista por Alicante de Ángel Luna, que se sentará en el banquillo por un presunto delito de encubrimiento en relación al caso Gürtel: «Lo que nos gustaría es que ningún partido pusiera imputados [en sus listas]: ni imputados ni tránsfugas. Gente que está en la manifestación tendría que limpiar sus listas. El patrimonio de la izquierda es la honorabildad y la ética».

Desde Esquerra Unida, su candidato a la alcaldía, Amadeu Sanchis, afirmó: «Hoy toca a los valencianos exigir una regeneración democrática y política: en las instituciones y en el PP, que pasa por la presidencia de la Generalitat».

La marcha, segunda que celebra este colectivo desde su constitución, tuvo en las críticas al jefe del Consell su nexo conductor y el centro de los mensajes. Pancartas con lemas como «No a la corrupció, camps dimissió»; «Tenim un president que és un deliqüent» o un estandarte con lazos negros y la leyenda «Per les víctimes de la corrupció». El ingenio lo puso Ca Revolta, que compuso unos carteles con forma de chorizos y con las figuras de Álvaro Pérez, Rita Barberá, Fabra, Ricardo Costa y Camps. También los hubo que, llegada la primavera, rescataron del armario la camiseta con el lema «Wanted Camps, only alive», gran éxito del año pasado. Y no faltaron los carteles de la convocatoria, que mostraban a un Camps vestido de presidiario.

También hubo cánticos, en una marcha que transcurrió sin incidentes y al ritmo de una «batukada» y del grupo de «tabalet i dolçaina» que abría la protesta. Y de nuevo Camps fue la estrella: «No volem un ninot de president», «Camps a la pressó per corrupte i per lladró», «President a Picassent» o «D´honorable no té res, volem TV3». Precisamente, las consignas en favor de las emisiones de TV3 en la Comunitat Valenciana o en defensa de la aplicación de la ley de Dependencia destacaron entre las reivindicaciones.