Se llama Ed McGaa, pero se le conoce como Eagle Man -"hombre águila"-. Es uno de los indios sioux más destacados de su tribu, los Lakota Oglala, y ayer estuvo en Valencia, en una sala de juntas de la Facultad de Psicología de la Universidad de Valencia que se quedó corta para acoger al casi centenar de personas que acudieron a escuchar las enseñanzas de Eagle Man. Con voz profunda y calmada, este profesor de Estudios Medioambientales llevó a los asistentes por un recorrido a través de la historia de los sioux y de la espiritualidad de esta tribu, una de las más emblemáticas de Estados Unidos. Con la autoridad que le da ser autor de nueve libros, el último de ellos "Mother Earth Spiritually" -"Madre Tierra Espiritual", traducido libremente-, Eagle Man aseguró que el principal problema del planeta en la actualidad es "la superpoblación". "Nos estamos quedando sin recursos, sin agua, sin comida", alertó. Fue cuando los sioux decidieron transmitir su cultura con un mensaje bien claro: "Si podemos cambiar nuestros valores, quizá salvemos a la Tierra. Si no, moriremos todos".

Eagle Man explicó que la Tierra "sólo puede acoger a un determinado número de personas, es un simple cálculo matemático". Si no se controla la población, según Eagle Man, ocurre lo que está ocurriendo hoy en día: "Se calienta el planeta, se elevan los océanos, se agotan los recursos...". "Hay que volver al camino de la naturaleza y de la Madre Tierra", indicó, antes de señalar que la rebeldía de los indios sioux ante el "hombre blanco" en las guerras del siglo XIX en Estados Unidos es equiparable a la de la naturaleza con respecto al ser humano: "No puedes controlarla". Eagle Man explicó que su tribu es "muy medioambientalista, muy ecologista... nunca cogemos más de lo que necesitamos y vivimos únicamente con lo que necesitamos". Señaló que los jóvenes "ahora miran mucho más hacia la naturaleza".

El también licenciado en Derecho comentó que los sioux tienen "ceremonias" en las que siempre expresan su preocupación por la Madre Tierra. Una de ellas es la conocida como danza del sol. Ser invitado a una de ellas es todo un honor, como explicó el mismo Eagle Man, y él ya ha participado en seis de ellas. "Durante cuatro días, no podemos comer ni beber y nos atamos mediante 'piercings' a un árbol para pagar con nuestro dolor a la Madre Tierra", comentó. En estas ceremonias no puede participar la mujer, pero lejos de lo que pueda parecer, los sioux son muy respetuosos con la mujer -"en la Biblia o en el Corán no sale la importancia de la mujer porque están hechos por hombres"-. De hecho, tanto en la tribu Lakota co?mo en otras también sioux, la mujer es la líder. "Son las abuelas sioux las que mandan", explicó Eagle Man, que agregó que esto es así porque "conforme un hombre se hace mayor, él, que ha luchado mucho, comienza a empequeñecerse, y ella, a crecer". Además, las mujeres no participan en la danza del sol porque "ya han ofrecido su dolor a la Tierra en el parto".

Eagle Man, que es veterano de guerra, concretamente de las de Corea y de la de Vietnam, y que tiene dos medallas al valor, criticó duramente al Gobierno americano: "No te puedes fiar de Estados Unidos. Cuando nos dijeron que nos fuéramos a la reserva, aceptamos, y luego vinieron a por el oro porque nuestra reserva estaba muy cerca de la mayor mina de oro de América. Es lo que hacen ahora con el petróleo".