El tsunami que han vivido los populares valencianos desde que estalló el caso Gürtel y que culminó hace un mes con la dimisión de Francisco Camps como presidente de la Generalitat no tendrá tampoco coste electoral en las elecciones nacionales previstas para otoño. Al menos así se desprende de las encuestas que tiene en su poder la dirección nacional del PP.

En concreto, los datos que baraja Génova otorgan en la Comunitat Valenciana una mejora en los resultados obtenidos en 2008 cuando José Luis Rodríguez Zapatero revalidó la presidencia del Gobierno. Entonces, los populares valencianos regalaron a Rajoy 1.411.052 votos que se tradujeron en 19 escaños en el Congreso de los Diputados: 3 por la provincia de Castellón, 9 por Valencia; y 7 por Alicante. El PPCV obtuvo el 51,7% de los votos, casi once puntos más que el PSPV, que hubo de c onformarse con 1.113.973 votos y 14 diputados. Tres años después el pronóstico es mucho más favorable para el partido de la gaviota. La lista que volverá encabezar el vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons, podría ganar hasta cuatro escaños más y plantarse con 13 diputados, según datos a los que ha tenido acceso este diario. La demoscopia dibuja un panorama sombrío para los socialistas, quienes, según el ciado sondeo, continuan en caída libre.

El hundimiento experimentado por el PSPV en los comicios autonómicos se repetirá el 20-N. La encuesta de Génova constata también el crecimiento en votos de Compromís, que tras el éxito obtenido en las autonómica, podría lograr representación en el Congreso de los Diputados.

Aunque los populares son conscientes de que el juicio por la causa de los trajes al ex presidente Camps podría coincidir con la campaña electoral, desde la dirección nacional del PP se considera ya que con la dimisión del jefe del Consell y su sustitución por Alberto Fabra los quebraderos de cabeza en la dirección nacional si no terminado del todo, sí han pasado a un tercer plano. Rajoy tiene previsto visitar Valencia, pero la Comunitat Valenciana no está ahora entre sus principales preocupaciones máxime después de constatar que la crisis vivida en el partido no ha hecho mella en el electorado.