El endeudamiento es un fardo sobre las espaldas de la Generalitat cada vez más voluminoso, que atenaza las políticas del Consell destinadas a salir de la crisis económica. Justo cuando más hace falta que el Ejecutivo autonómico tuviera margen para empujar en la dirección de la recuperación. El informe de ejecución de las cuentas de la Administración que preside Alberto Fabra brinda un dato demoledor: Hasta el pasado 30 de agosto, el Ejecutivo ha pagado 451 millones con cargo a la sección Servicio de la Deuda, que incluye los intereses devengados por el endeudamiento, una cantidad muy superior a todos los abonos realizados en ocho meses por la anterior Conselleria de Bienestar Social, 313 millones.

Del total de la sección que gestiona el endeudamiento, el desembolso sólo en intereses asciende a 435 millones, mientras la amortización de la deuda era de 4,8 millones y la inyección a firmas públicas, 11 millones. El abono de intereses fue equivalente a todos los pagos de cuatro conselleries juntas: Bienestar Social; Industria, Comercio e Innovación; Economía, Hacienda y Empleo; y Agricultura. O, lo que es lo mismo, los costes financieros de los préstamos acumulados -que han convertido a la Generalitat en la más endeudada de España en relación al Producto Interior Bruto, el 19,9% del PIB regional- equivalieron hasta agosto a los pagos por toda la actividad desarrollada por los departamentos de Infraestructuras y Transportes, Medio Ambiente, Agua, Urbanismo y Vivienda; Turismo; y e Industria.

Cabe apuntar que el número y denominación de las conselleries es la existente en la elaboración de las cuentas y antes de su reducción a diez con el nuevo Gobierno tras las elecciones del 22M. A efectos de pagos, el desembolso sólo por los intereses es, de hecho, el tercer mayor del presupuesto, sólo superado por los departamentos de Sanidad, con 3.325 millones, y de Educación, con 2.487 millones.

La "Conselleria de Intereses"

El resultado es que el peso de los intereses sobre el total de los pagos de la Administración se encarama hasta el 5,7%, mientras que las cuentas iniciales otorgaban al Servicio de la Deuda un peso en el conjunto del gasto del 3,63%. De este modo, a medida que el Consell se ha ido endeudando a lo largo de los años, la "Conselleria de Intereses" ha ido cobrando cada vez más relevancia. Ya es la tercera en cuantía.

Si en lugar de a los pagos se atiende a las obligaciones contraídas -una cosa es recibir el servicio y otra abonarlo-, el gasto asumido en intereses, que en este capítulo sí coincide con los desembolsos, 435 millones, sigue estando al nivel de todo Bienestar Social, que había ejecutado su presupuesto hasta 463 millones [en cambio, en pagos estaba al 67,56%]. La "carga" de las ayudas por la Dependencia, con ser elevada, palidece ante la factura derivada de los años en que endeudarse se convirtió en una seña de identidad valenciana.

Y es que no siempre el peso de los costes financieros y la deuda han sido tan ingentes. Hace diez años, en 2001, cuando en la Comunitat Valenciana los ingresos fluían sobre un cauce de ladrillos, la sección que agrupa todas las operaciones relacionadas con el endeudamiento supuso hasta el mes de agosto un pago de 128,43 millones, tres veces y media menos que ah0ra. Entones el peso de los intereses sobre el conjunto del presupuesto era del 2,6%. La deuda sólo superaba a tres áreas en gasto ejecutado: Justicia, Industria y Medio Ambiente.

Ahora, además, las cifras se refieren a un periodo en el que los bancos han cerrado la puerta al Consell. Si la Generalitat pudiera refinanciar el endeudamiento, los gastos financieros abonados aún serían mucho mayores.

Las ayudas de Industria, al 6,7%

Igual de alarmante son los niveles de pagos de algunos departamentos respecto a las obligaciones reconocidas. A los bancos no se les puede tratar como a los proveedores y contratista. La prueba es que hasta agosto se reconocieron unos gastos por el Servicio de la Deuda de 452 millones. Se abonaron 451. Un ejecución del 99,91%. Los intereses están al 100%, sin un euro pendiente. En cambio, algunas conselleries revelan la angustia de las empresas que trabajan para el Ejecutivo. Turismo es la que peor paga: Sólo ha desembolsado 4,7 millones de los 32,2 de obligaciones reconocidos, el 14,6%.

Le sigue Gobernación, que incluye el personal de prevención y extinción de incendios, con el 21,27%, e Industria, el 22,51%. En el polo opuesto, Educación tiene un nivel de pagos del 89% pero el porcentaje está distorsionado debido a las nóminas, satisfechas al 100%. Así, por ejemplo, sólo ha pagado el 21% de la inversión ejecutada. Tras Educación, está Presidencia, con un nivel de pagos del 86,3%, seguida de Sanidad, con el 79%. Sin embargo, Sanidad sólo ha pagado el 61% de los servicios y suministros contratados y el 11,8% de la inversión ejecutada; Turismo sólo ha abonado el 8,4% de las subvenciones concedidas e Industria, el 6,7%.