El presupuesto de la Generalitat para el próximo ejercicio contiene datos sorprendentes en el estado de gastos, como que los recursos para Farmacia para todo 2012 sólo han dado este año para cubrir hasta el 31 de agosto, lo que evidencia la insuficiencia de la línea, pero también en los ingresos. El más llamativo, la previsión de un incremento en la recaudación del IVA del 20,2%, al pasar de los 2.745 millones consignados en las cuentas de este ejercicio a los 3.300 previstos para 2012. El IVA, impuesto que grava el consumo, vio incrementado el porcentaje aplicable del 16 al 18%, pero éste ya se hizo efectivo desde julio de 2010 con lo que las cuentas de 2011 debían recoger el impacto.

En un contexto de crisis económica, en el que el Consell ha previsto un crecimiento de sólo el 1% del PIB para el próximo ejercicio, el conseller de Hacienda, José Manuel Vela, defendió con muy escasa convicción la previsión del incremento. No es para menos. Ayer mismo, el Banco de España certificó el estancamiento de la economía española en el tercer trimestre del 2011. El conseller admitió que a él también le sorprendió la previsión de mayor recaudación por este impuesto pero que habría sido aún mayor de haber hecho caso a las estimaciones que le ha remitido el Ministerio de Hacienda.

Pese a ello, los ingresos, recalcó Vela, caen a los «niveles de 2005 y 2006». Así, los ingresos corrientes descienden un 1,9%. Entre estos, los impuestos directos, que caen un 2,1%: la recaudación del IRPF baja un 5,4%, al pasar de 3.495 a 3.308 millones de euros, mientras que los impuestos sobre sucesiones y donaciones experimentan una subida del 185%, de 61 a 175 millones. El grueso del incremento se concentra en el impuesto sobre sucesiones, que pasa de una previsión de 46 a 157 millones de recaudación.

En cuanto a las tasas, descienden un 12,5%, mientras que las transferencias corrientes —básicamente del Estado— caen un 8,6%. Junto al dato sobre el IVA, que permite cuadrar las cuentas, el de la venta de patrimonio de la Generalitat, un 13,9% de incremento y 141 millones previstos, es otro de los puntos débiles del presupuestos. Este año no se ha vendido ninguno de los edificios ni parcelas previstos.

Las cuentas prevén una emisión de deuda de 1.479,4 millones, mientras que se amortizarán 143 millones. La diferencia son los 1.336 millones en que se incrementará el endeudamiento. El Ejecutivo prevé situarse con una déficit del 1,28%, dentro del tope del 1,3% fijado por Hacienda.