El portavoz del PP en las Corts, Rafael Blasco, aclaró ayer que la proyección de la película Sopa de ganso a su grupo parlamentario sólo pretendía servir como metáfora del "final de ciclo de Zapatero" y que andan errados todos aquellos miembros del PP que quisieron ver paralelismos entre la película de los Hermanos Marx (que narra un conflicto entre dos naciones bajo la caricatura de un presidente excéntrico) y el expresidente de la Generalitat Francisco Camps o la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá.

En declaraciones a este periódico, Blasco precisó que los consellers abandonaron la sala no por enfado de ningún tipo, sino porque "a las cuatro y media tenían una reunión con la vicepresidenta Paula Sánchez de León en otra sala del hotel" que el lunes albergaba la jornada parlamentaria del PP. Blasco también desmintió que el presidente Alberto Fabra abandonara la sala, disgustado, en mitad de la proyección.

Según su versión, el presidente venía de un acto en el Rincón de Ademuz y sólo tenía previsto quedarse a comer. Su presencia se alargó un poco más de la cuenta y por ello coincidió unos minutos con la sesión cinematográfica. Pero ni se fue por la película ni abandonó la sala con la película avanzada.

Teorías de la "conspiración"

"Hay gente -relató Blasco- que incluso me ha llamado para decirme si lo que pretendía era distraer la atención sobre los presupuestos autonómicos [marcados por los recortes] o el programa electoral del PP. ¡No soy tan hábil como para pensar todo eso!", añadió entre risas el síndic popular. La proyección de Sopa de ganso, dijo, pretendía ser una parábola sobre "Zapatero" y se proyectó con la intención de entretener a los miembros del grupo parlamentario popular. "No hay que darle más vueltas", zanjó Blasco.