«Se dice que no hay quijotes... pues yo lo soy», afirma de forma espontánea Asunción Francés. Y no es vanidad. En una autonomía en la que el Consell tiene becados a millonarios €varios de los galardonados con la Distinción al Mérito Cultura, que lleva aparejada una pensión vitalicia de 12.020 euros anuales€, la presidenta de la Asociación de Amas de Casa y Consumidores Tyrius acaba de renunciar al puesto de asesora de Presidencia de la Generalitat. Una plaza que ha desempeñado ininterrumpidamente desde que exjefe del Consell Eduardo Zaplana la nombró en 1997 para garantizarse el respaldo en la calle de un «ejército» entusiasta de afiliadas y por el que cobraba, sin pagas, 2.400 euros netos al mes.

«Tengo convicciones y, después de meditarlo, creo que en estos momentos no hay dinero y hay que saber renunciar a cosas», explica Francés, vicepresidenta nacional y titular de la federación autonómica de amas de casa. La exasesora de Presidencia, quien tiene a gala el tener «muy buena amistad» con el expresidente socialista Lerma, recalca que su decisión no tiene nada que ver con la política o el cambio de inquilino en la Generalitat, después de que en julio Alberto Fabra asumiera la presidencia tras la dimisión de Camps. «Estoy muy agradecida porque el presidente Fabra ha seguido conmigo y yo seguiré apoyando como hasta ahora, entregada totalmente, pero en estos momentos económicamente una debe saber renunciar porque las cosas están difíciles y hay que ayudar en todas partes», explica Francés.

«Una debe saber cuándo se tiene que retirar porque la crisis llega a todos», insiste. «Si esto es una piedrecita que puede ayudar a la Administración, la ayudo, aunque sea mínimo lo que se puedan ahorrar conmigo», añade. A sus 75 años, se siente en plenas facultades: «Mientras las arrugas estén en la cara y no en el cerebro, se puede trabajar. Soy viuda y tengo que vivir con la pensión que me quede, pero en este mundo el dinero no es todo». «En la vida hay que dar testimonios y decir ´hasta aquí´», concluye.