Los encierros de 40 funcionarios autonómicos en tres sedes de la Generalitat, que acabó ayer por la mañana sin incidentes, ya tiene respuesta oficial. No habrá represalias ni sanciones a los funcionarios rebeldes; los encierros no servirán para derogar o cambiar el polémico decreto del tijeretazo en el sector público, como exigen los sindicalistas; y el Consell no está por la labor de volver a permitir encierros en cadena como el llevado a cabo entre el lunes y el martes. "Que se encierren una vez, vale; pero que esto no se repita como norma porque están ocupando un espacio sin derecho y no lo veo serio". Así lo manifestó ayer a Levante-EMV el secretario autonómico de Administración Pública, Pedro García Ribot.

Tras mantener una reunión "de dos horas" con el conseller José Manuel Vela -responsable de los funcionarios- después de la crisis de los encierros, su número dos explicó que ambos están "dispuestos a hablar con todos los sindicatos con la mejor predisposición" dada su "sensibilidad hacia el mundo sindical". Eso sí: recalcó la necesidad de los recortes adoptados como "temporales y extraordinarios", que no tienen marcha atrás.

Por ello, García Ribot instó a los sindicatos de la función pública a tres tareas. "Primero, reflexionar. Segundo, olvidarse de cuestiones que no sean estrictamente laborales y que se hagan con la intención de atacar al PP. Y tercero, mirar al futuro, porque habrá soluciones y tiempos mejores", dijo.

El secretario autonómico de Administración Pública defendió la actitud de la Generalitat ante los encierros: "Han pasado la noche aquí y nadie los ha violentado ni molestado. Al contrario, nos hemos preocupado por ellos y yo mismo he ido a saludarlos esta mañana de forma cortés", afirmó. Y respecto a la actuación de la Guardia Civil, que amenazó con multas de 300 a 3.000 euros a los empleados públicos encerrados en la Ciutat de la Justícia de Valencia, García Ribot alegó que la Benemérita actuó "con un trato exquisito ante quienes ocupaban un edificio público de forma ilegal, sin violencia física ni verbal, y aplicando el código penal".

Por otro lado, contrastó la "unidad de acción sindical" que defienden los cinco sindicatos con las "sensibilidades distintas y las diferencias de representación" de cada organización sindical para justificar que el conseller los quiera ver de uno a uno.

Durmieron en el suelo y les dejaron la calefacción

En el encierro llevado a cabo en la Conselleria de Administración Pública, los doce funcionarios sindicalistas pasaron la noche en sacos de dormir o sobre mantas tirados en el suelo. Apartaron las sillas y las colocaron sobre dos tarimas de la sala. Les trajeron bocadillos, bebida y algo de fruta para la cena y pasaron la noche conectados a internet (desde sus móviles o sus conexiones con USB) para relatar el encierro y preparar comunicados. Les dejaron la calefacción enchufada, se acostaron pronto y se levantaron sobre las 6.30 horas por las incomodidades. Desayunaron los restos de la cena, recibieron la visita de diputados como Enric Morera o Ignacio Blanco y a las diez de la mañana salieron. Los esperaban más de un centenar de funcionarios que llegaron en manifestación. p. cerdà valencia