El ala dura del PP de Castelló favorable a Carlos Fabra lanzó ayer por la mañana en Sevilla un órdago de imprevisibles consecuencias, al desairar al presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, en pleno Congreso nacional del partido. Cuando el jefe del Consell iba a defender ante el plenario la ponencia de estatutos, una decena de compromisarios de Castelló abandonó la sala para explicitar su rechazo al nuevo código del PP, que sitúa en la picota política al líder provincial, Carlos Fabra, por sus causas judiciales. El presidente del PPCV no ocultó su malestar y algunos de sus colaboradores interpretaron lo sucedido como una declaración de guerra.

A Alberto Fabra se le atragantó su día grande cuando comprobó cómo le daba la espalda parte de la delegación de su propia provincia desplazada a Sevilla. Según fuentes que presenciaron los hechos, fue la vicepresidenta de la Diputación de Castelló y novia de Carlos Fabra, Esther Pallardó (que iba de invitada), la que instó a varios de los compromisarios a salirse del acto. Al grito de «¡venga, vámonos!», dejaron la sala los incondicionales del líder provincial, como son, entre otros, Vicent Aparici, Manuel Altava, Ricardo Martínez, Juan José Ortiz, Susana Marqués, Salvador Aguilella, Miguel Llorens, Vicente Casanova o José Luis Jarque. Finalmente, no acudió al congreso la secretaria provincial del PP, Marisol Linares, fiel a Carlos Fabra.

En el auditorio se quedó el bando del presidente de la diputación, Javier Moliner, con Andrés Martínez y Miguel Barrachina como hombres fuertes. Fue significativo que no se marchara el vicepresidente de la diputación Francisco Martínez, que se ha distanciado del núcleo duro de Fabra para acercarse a Moliner. Alcaldes como Laureano Sandalinas o Luis Rubio también se quedaron para respaldar a Alberto Fabra, al igual que los diputados autonómicos invitados Jaime Mundo, Mayra Barrieras y Rubén Ibáñez o el senador Alfonso Ferrada.

El motivo del desaire fue la negativa del presidente del PPCV y coordinador de la ponencia de Estatutos a corregir el texto. Los populares de Castelló presentaron a través del PP de Girona enmiendas para que las medidas disciplinarias que contempla el nuevo código no tengan carácter retroactivo. Pretendían que la apertura de expediente sólo afectara a los nuevos imputados judiciales y no a los anteriores a la aprobación de los estatutos. De esta forma, Carlos Fabra quedaría exonerado.

Fuentes consultadas señalaron que el núcleo duro del líder provincial presionó el viernes para que prosperaran las enmiendas. Al no conseguirlo, decidieron desafiar al presidente regional y no votar la ponencia de estatutos. El malestar de Alberto Fabra fue mayúsculo, ya que el plante que presenció el PP de toda España lo protagonizó gente de su tierra. El secretario general del partido, Antonio Clemente, también se mostró indignado, de manera especial, con la instigadora de la revuelta, la pareja de sentimental de Carlos Fabra.

El desafío de parte de la delegación castellonense se unió a la indiferencia de la mitad de la numerosa delegación valenciana —800 personas entre compromisarios e invitados—. Mientras Fabra proclamaba su alegato contra la corrupción para intentar salir del cónclave con un «lavado de cara», más de la mitad de los compromisarios valencianos hacía novillos, con un plenario semivacío. El discurso empezó pasadas las diez y media de la mañana.

Su principal núcleo de colaboradores —José Císcar, Antonio Clemente o David Serra, entre otros— siguió la intervención desde la segunda fila. El resto de los que acudieron, en el espacio reservado para la delegación valenciana. Faltaron Rita Barberá o Alfonso Rus. Tampoco se vio a la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, que matizó que sí llegó a tiempo. Cuando Fabra terminaba, llegaba al plenario Rafael Blasco. «Era una hora intempestiva», dijo un dirigente del PP para justificar las ausencias.

Los movimientos de Lorenzo Agustí

Otro que ayer constituyó un punto de atención fue el alcalde de Paterna, Lorenzo Agustí, muy activo en el Congreso —llegó el jueves, un día antes que el grueso de la delegación valenciana—. Sus movimientos con la cúpula nacional del partido fueron interpetrados como un intento por mejorar su posición ante el futuro congreso regional del PPCV. Un alto dirigente del PPCV afirmó desde Sevilla que Agustí se encuentra «descontento» con Alberto Fabra. «Lorenzo quería ir en las listas al Congreso y al final se ha quedado en casa. Además, él es un alcalde importante y ve que a su vecina [María José Català, exalcaldesa de Torrent y consellera de Educación] se lo dan todo y a él no le dan nada», añadió.