La nueva dirección del PSPV, con Ximo Puig al frente, quiere imponer un nuevo rumbo marcando distancias respecto de los grupos minoritarios a la izquierda, sobre todo de Compromís, que en los últimos tiempos ha condicionado a menudo la actuación de los socialistas en las Corts, especialmente a raíz de los incidentes con las camisetas-denuncia de los diputados. Y ayer, en el estreno de la nueva dirección del grupo, dio muestras de ello. El PSPV votó con el PP en la Mesa del Parlamento el rechazo a tres recursos de Compromís contra el veto de sendas iniciativas sobre la personación de la Cámara como acusación particular por los fondos destinados a un hospital de Haití que acabó en manos de la trama de ONG; la retirada de distinciones a Sor Aurora, de la Casa Cuna Santa Isabel; y para conocer las inmatriculaciones de la Iglesia (los bienes que ésta registra a su nombre).

No sólo eso, sino que en el debate sobre las resoluciones del presidente de las Corts, Juan Cotino, para prohibir a diputados y visitantes el uso de prendas de vestir y pancartas que aludan a terceros o «menoscaben el decoro» y para impedir que se puedan volver a presentar en el mismo periodo de sesiones iniciativas que hayan decaído por el voto en contra o ausencia del autor, el nuevo portavoz del PSPV, Antonio Torres, expresó su rechazo al considerarla «restrictiva» y atribuirla a «algún apretón» del titular de la Cámara. Pero, a diferencia de EU y Compromís, que anunciaron que desafiarán la directriz, dejó claro que, si no hay marcha atrás, serán «respetuosos» con las normas, que están para ser «cumplidas».

Eso sí, consideró que hay aspectos que «vulneran el reglamento» y añadió que si Cotino no quiere encargar el informe jurídico sobre la legalidad de las resoluciones que ayer le exigió la oposición en bloque, estudiará la vía jurídica para reclamarlo o impugnar las normas. Sobre los recursos, Torres, visiblemente nervioso en su estreno como portavoz, recalcó que el voto en la Mesa obedeció «única y exclusivamente a aspectos formales», no al fondo. En concreto, indicó que las Corts no pueden personarse en la causa de las ONG que investiga el juzgado porque el dinero donado «se traspasó al Consell y fue éste el que lo entregó» a la asociación bajo sospecha. Agregó que, de hecho, el grupo socialista se personará como acusación particular en la causa. Eso, pese a que el PSPV ya se retiró del procedimiento abierto en el Tribunal de Cuentas. Respecto a Sor Aurora, indicó que se pedía derogar un acuerdo de 2002 elevado a la Mesa por una comisión, por lo que la vía correcta era volver a plantearlo en la comisión.

«Cotino, ´Il Braghettone´»

Sobre las inmatriculaciones de la Iglesia, el PSPV explicó que cuando se piden datos que ya figuran en registros públicos, hay que remitirse a éstos. Para el PSPV eran propuestas «inaceptables» reglamentariamente, sin vincular su posición a un giro político. Pero el voto socialista no era necesario para tumbar los recursos, algo que ya hacía el PP.

Respecto a las resoluciones, aprobadas ayer por el PP, EU se declaró «insumisa» y anunció que recurrirá al Constitucional, mientras Compromís las consideró la «antesala del autoritarismo». Tal como están redactadas, un diputado o visitante será expulsado de las Corts si luce un «pin» de la República o lleva una camiseta contra los recortes del Consell. No sólo en el pleno, sino en cualquier dependencia de la Cámara. La otra resolución impedirá debatir hasta otoño la reprobación a Camps reclamada por EU, al tiempo que reduce el debate sobre la corrupción a una sola iniciativa por periodo de sesiones.

Para Marga Sanz, de EU, Cotino —ayer ausente por el acto del Príncipe en Valencia— «mete el estado de excepción en las Corts», mientras Mònica Oltra, de Compromís, incidió en «lo ridícula que siempre es la censura» y aseveró que el presidente de las Corts «ha hecho ´il Braghettone´ [en referencia al autor que tapó los genitales de los personajes que pintaba Miguel Ángel] del PP». En cambio, el portavoz del PP, Rafael Blasco, consideró que la oposición, con sus declaraciones, está en «la antesala del psiquiatra», y abogó por su aplicación con «sentido común». Pero cuando se le preguntó si hoy una persona podrá entrar a las Corts con una camiseta de la República, invitó a dirigir la cuestión a Cotino. O sea, a la autoridad gubernativa.

El PP recoge el guante y espera llegar a pactos con Puig

El portavoz del PP en las Corts, Rafael Blasco, recogió ayer el guante lanzado por el nuevo secretario general del PSPV, Ximo Puig, quien el día anterior avanzó que propondrá al presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, una agenda de posibles acuerdos, centrados en la lucha contra el paro, ante la «dramática situación que vive la Comunitat Valenciana». «Si en la nueva etapa que se abre en el PSPV, sus representantes están en la voluntad de llegar a pactos, vamos a esperarlos con todo el interés para llegar a los máximos acuerdos posibles en beneficio de la C. Valenciana», dijo el popular.

De este modo, se rescataría el «decálogo de pacto» impulsado por Fabra al inicio de su presidencia y que se truncó «porque la oposición se negó a seguir debatiendo las propuestas» del Consell, señaló Blasco. «Me gustaría pensar que abrimos una nueva etapa en las relaciones con el grupo parlamentario socialista», dijo el portavoz popular, para mostrar su esperanza de que «sirva para llegar a todos los acuerdos que hagan posible que esta Comunitat se beneficie».

Puig: «Esto es un juego de relevos»

En la reunión con el grupo socialista, Puig trasladó su objetivo de «abrir puentes de diálogo con todos los grupos, con los agentes sociales y con el Consell» para lograr un pacto por el empleo, la reorientación de la política económica mediante reformas no vinculadas al Estado de Bienestar y mejorar la democracia valenciana. Además, trasladó al grupo que su etapa «no empieza de cero. Esto es un juego de relevos; lo importante no son los actores, sino el proyecto».